Hace unas semanas se realizó un inesperado descubrimiento que sorprendió a un grupo de arqueólogos, quienes realizaban excavaciones de rutina antes de autorizar la construcción de un edificio en el distrito Sidi Gaber de Alejandría, Egipto. Junto al sarcófago se encontró un busto de alabastro.
Este jueves científicos e ingenieros egipcios finalmente abrieron el misteriosos sarcófago que fue descubierto la primera semana de julio. El proceso para poder abrir el sarcófago fue interrumpido al inicio, cuando al mover la tapa se percibió un olor demasiado fuerte e insoportable, por lo que los encargados de abrir el sarcófago ordenaron que solo personal autorizado permaneciera en el lugar.
Luego de que fuera percibido el olor insoportable, el personal no autorizado como: periodistas y curiosos tuvieron que abandonar el lugar donde se realizaba tal acción. Al destapar el sarcófago, el grupo encargado de las tareas encontraron en el interior, aguas residuales. Al parecer el agua entró por una fisura en el costado, el liquido provocó la filtración y la descomposición de las momias.
Dentro del ataúd fueron encontrados tres esqueletos, los cuales serán trasladados a un museo de Alejandría para empezar con las investigaciones.
Aunque varios expertos creían que podía haber pertenecido al legendario Alejandro Magno, Vaziri comentó que no fue así, se trata de una sepultura familiar. Se cree que los restos pertenecen a tres guerreros, debido a que uno de los cráneos tiene una herida como resultado del impacto de una flecha.