Aún faltan más de tres meses para su casamiento, pero Dalma Maradona (30) siente que no le queda tiempo. Desde que su padre, Diego Armando Maradona (57), anunció públicamente que no asistirá a la celebración porque no invitaron a su pareja, Rocío Oliva (27), la actriz ha buscado por todos los medios convencerlo para que no la abandone en el día más importante de su vida. Piensa jugar su última carta: viajar a Dubái para charlar cara a cara.

Fernando Burlando, abogado de Claudia Villafañe, fue quien dio a conocer la información en el ciclo radial Por si las moscas (La Once Diez). Dalma hará 17 horas de vuelto con la única finalidad de evitar intermediarios entre ella y su padre, pues siente que el entorno del exfutbolista ha tenido mucho que ver en la decisión de no asistir a la boda.

“Si hay alguien que le tiene amor y consideración a Diego, es Dalma. Quiere ir y plantearle cosas que tienen que ver con su vida. No pedirle a su papá de rodillas que venga al casamiento. Sino que, seguramente, se lo va a plantear como corresponde”, indicó Burlando.

Recordemos que las hijas del Diez le pusieron una perimetral a Oliva, luego de que las amenazara con golpearlas; no puede estar a más de 100 metros de Dalma y de Gianinna. También existe un corto circuito entre Villafañe y Maradona, quien busca meterla tras las rejas. Según el letrado, en la boda dejarían a un lado estás diferencias.

“Claudia quiere que Dalma sea la mujer más feliz del mundo, ese día y toda su vida. Se trata de eso. Que vengan sus papás, que tengan que estar con quien tengan que estar y pasar una reunión en armonía y con felicidad», sostuvo el abogado de Villafañe.

Según allegados a la familia Maradona, el Diez le había prometido como regalo de bodas, nada más ni nada menos que, un millón de pesos. Un monto que, según las malas lenguas, sería el verdadero detonante del conflicto.