La reconocida actriz y ganadora del oscar Hilary Swank de 44 años y su hoy esposo, Philip Schneider, se aseguraron así de disfrutar de un enlace íntimo y emotivo, realizado en una apartada reserva natural del estado de California.

La actriz se animó a compartir con el publico algunos detalles de la secreta boda en la que, hace pocos días, contrajo matrimonio con el empresario Philip Schneider en una apartada reserva natural del estado de California: una cita muy especial para la que, la pareja hizo todo cuanto estaba en su mano a la hora de preservar la intimidad y la magia del evento.

Tanto es así, que los dos enamorados pidieron a todos los asistentes que se abstuvieran de llevar sus teléfonos móviles a la ceremonia y, en su lugar, prestaran toda su atención a lo que allí acontecía para asegurarse de que se implicaban por completo en el intenso intercambio de emociones que se desprendía de tan romántica ocasión.

«Mmmm… La verdad es que resulta difícil escoger un solo momento conmovedor. Por un lado, me hizo mucha ilusión poder recorrer el pasillo de la mano de mi padre y ver a mi alma gemela esperándome en el altar, además de estar rodeada de todos aquellos seres queridos que pudieron hacer el esfuerzo de desplazarse hasta allí. Pero también me pareció adorable que todo el mundo estuviera en silencio. No tuvimos teléfonos móviles en la boda y eso nos sirvió a todos para poder disfrutar al máximo del momento«, contó Swank. 

Además del encanto que ya de por sí tiene que un padre pueda asistir a su hija en uno de los rituales fundamentales de cualquier enlace que se precie, en el caso de la reconocida intérprete este gesto cobró un significado mucho más profundo como resultado de los tres años en los que Swank cuidó a su progenitor después de que este tuviera que someterse a un delicado transplante de pulmón en el año 2015.

«Sí, la verdad es que tras tomarme tres años de baja para cuidar de mi padre, nuestra relación se hizo aún más estrecha y alcanzó una nueva dimensión. Antes de que empezara la boda, nos sentamos los dos solos y estuvimos hablando unos 20 minutos. Fue algo muy especial y entrañable. Acabé llorando tanto, que estropeé mi maquillaje, pero valió la pena con tal de tenerlo conmigo y de que pudiera jugar un papel tan importante en un día tan especial«, dijo la estrella, justo antes de referirse a otras labores también ejercidas por algunos de sus invitados más queridos.

«Dos amigos nuestros, Karen y Willa Griffin, cantaron en la ceremonia mientras mi sobrino Brandon tocaba la guitarra. Luego, la mejor amiga de Philip, Mischa Collins, leyó un poema que había escrito para nosotros. Fue una boda maravillosa, muy enternecedora«, concluyó.