La autora Lydia Syson recientemente publica un libro llamado “Mr. Peacock’s Possessions”, donde relata la asombrosa historia de su abuelo Thomas Bell. Lydia Syson, reconocida escritora y familiar lejano del hombre que estuvo treinta años aislado en una isla desierta junto a su esposa e hijos, viviendo en un desierto rodeado de naturaleza perfumadas y costas erizadas.
La publicista Syson cuenta en sus escritos, que esta leyenda se inició en el año 1854 cuando apenas con 16 años de edad Thomas abandonó el territorio de Yorkshire en Reino Unido, y decide viajar hacia Nueva Zelanda. Lugar donde conoció a su pareja Federica y a la persona que mediante engaño, sedujo al matrimonio para trasladarse a la Isla de Raoul, conocida como Sandy Island.
Ilusionados con encontrar una Isla productiva para sembrar cualquier cosa y así obtener una gigantesca riqueza en poco tiempo, los Bell optaron por viajar por vez primera a la isla en el año 1878, acompañados del Capitán Mckenzie quien les mintió y aceptó llevarlos para que vieran el lugar y decidieron si quedarse allí o no.
Pero al llegar al sitio, se encontraron con una isla solitaria, pobre y sin posibilidad de siembra. Sin embargo, Thomas le había pagado al Capitán para que los retornara a casa, pero este nunca regresó. En su poder solo poseían algunos suministros, pero estos se habían descompuestos, por lo que llegaron a sobrevivir consumiendo por largos meses naranjas, peces y raíces.
También edificó una casa que difícilmente se sostenía en la bahía de Denham donde pasaron duros momentos. Tiempo después, un ballenero estadounidense, sorprendido por las señales de humo que provenía de la costa, pretendió auxiliarlos no logrando conseguirlo, debido que no había lugar en el barco para poder llevarlos.
Posteriormente con el paso de los años, ya habían procreado dos niñas en el momento que recibieron nuevamente la visita de otra barca. Por lo que Thomas optó por salir de la isla y dejar a su esposa junto a sus pequeñas y regresar días después con provisiones como: madera, granos, vestuarios y cinco obreros.
Se iniciaba un próspero negocio de cultivo de plantas con una ampliable variedad de frutos entre estos: Guayaba, papaya, chirimoya, caña de azúcar, plátanos, café etc.
Pero comenzaba la primera guerra mundial y la familia Bell, ante las amenazas y las bombas que los alemanes enviaron hacia el Pacífico, tuvieron que desalojar la costa el 04 de julio de 1914 retornando así a su vida de origen Nueva Zelandia.
