Los días de playa y sol en Punta del Este se vieron opacados para Candelaria Tinelli (27). La artista plástica, hija del popular conductor televisivo Marcelo Tinelli, pasó por un mal momento cuando se encontraba cenando en el restaurante mediterráneo No me olvides; denunció a través de Twitter maltrato y robo por parte de los empleados del local.

“Aprovecho este medio, para decirle a la gente de Uruguay, o a los que vienen a veranear a Punta del este, que NO vayan al restaurante ‘No me olvides’, en Manantiales. Además del mal trato característico del lugar, me robaron la cartera la misma gente de ahí. Lamentable”, tuiteó Cande, alborotando a sus seguidores.

Rápidamente, la denuncia saltó a los medios, impactando más en Uruguay. Noticiados del escrache 2.0 que llevaba adelante la hija de Tinelli, un integrante del restó le respondió: “No está bueno acusarnos sin estar 100% seguros, nunca en 20 años pasó algo como esto. Tenemos la mejor con vos”.

Minutos después, se viralizó una foto del restó en el que se exhibe un cartel con una clara referencia a lo ocurrido con la artista: “Se pierde un familia, no se va a perder una cartera”. La propia Candelaria retuiteó la imagen, indignada por la actitud del local.

Ante esto, Marcelo Tinelli abandonó el silencio y calificó de lamentable la respuesta que recibió su primogénita de parte del local uruguayo. “Se tendrían que ocupar del tema, sobre todo el dueño, porque a esa hora solo quedaban los mozos, que lo único que hacían era reclamar por una mejor propina”, apuntó el animador en Twitter.

Recurriendo a la ironía, la artista culpó a su hermana mayor, Micaela, de haberse quedado con la cartera y fingió disculparse con el personal del restaurante:

El encargado de No me olvides, César Villalba, contó su versión de los hechos al portal uruguayo Pantallazo. “Nos perjudica y bastante que nos acuse sin evidencia. ¿Por qué no hizo una denuncia? Hay cámaras en la esquina», comentó.

Según detalló, la hija del conductor televisivo se había quedado aquel día hasta las cuatro de la mañana, escuchando música a todo volumen. “Querían seguir escuchando música y tomando algo, pero tuvimos que cortar la música y se molestó”, explicó el encargado.

Por el momento, ninguna de las dos campanas cuenta con una denuncia formal. Aunque desde el restó aseguran que analizan recurrir a la Justicia.