La semana pasada la casa real estaba de celebración y es que la duquesa de Sussex festejaba su cumpleaños número 37. En este día Meghan Markle tuvo la alegría de asistir a la boda de uno de los grandes amigos de su esposo el Príncipe Harry.

 En la unión matrimonial de Daisy Jenks y Charlie van Straubenzee se mostró Meghan muy contenta, debido a la doble celebración. Su esposo cumplió un papel fundamental como padrino de la boda, ayudando al novio con algunos detalles de la ceremonia, y dando un discurso muy alegre y emotivo. No hay lugar a dudas que Meghan habría recibido múltiples obsequios de parte de sus más allegados como de sus seguidores, pero hay un detalle que pasaron por alto.

En esta una nueva etapa en la vida de Meghan Markle como miembro de la casa real, debe adaptarse a ciertas normas en la que debe dejar atrás aspectos de su antiguo estilo de vida. Por ejemplo no debe publicar selfies, dar autógrafos, llevar un esmalte de uñas claro, así como algunas reglas insólitas de no poder jugar monopolio, aunque muchas de estas normas solo deben ser seguidas en público o en presencia de la Reina.