Mónica Oltra, en su rol de vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, apegada a la Carta Magna y consciente de que “la Constitución esta para cumplirla”, lucha arduamente contra la oposición del PP, considerándolos “enemigos que le han salido al valenciano”, debido a que intentan denigrar esta lengua. Además, califica el hecho como “castración cultural”.

Por su parte, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) “ha declarado nulo en sus aspectos esenciales al entender que son contrarios a Derecho los preceptos que daban un uso destacado al valenciano sobre el castellano”, ya que el valenciano es el lenguaje utilizado en las rotulaciones de los edificios, las notificaciones, la comunicación entre los empleados públicos y con los ciudadanos de las zonas valenciano parlantes, lo cual no implica un problema. Por el contrario, incrementa el uso de lenguas cooficiales en pro de la riqueza cultural de España.

Ahora bien, ante tales acontecimientos Ximo Puig, ejerciendo su papel de presidente de la Generalitat, ha asegurado que “en la Comunitat Valenciana no hay un problema lingüístico, hay una riqueza”. En efecto, el disponer del castellano y el valenciano les da la oportunidad a las personas de manejar dos lenguas de manera simultánea lo cual está a favor del incremento de saberes, multiplica las oportunidades, diversifica la comunicación, entre otros aspectos que implican una proliferación de la riqueza cultural.