Una mujer llamada Laura Murray Cicco originaria de Kansas City, realizó una demanda contra la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio NASA, por sus siglás en inglés debido a que ella posee un tubo de cristal que su interior guarda polvo lunar (pulverización de la superficie rocosa de la luna).
¿Cómo llegó el polvo lunar a las manos de Laura? El polvo lunar le fue regalado a Laura cuando tenía diez años de edad por parte del astronauta Neil Armstrong, el cual tiene una dedicatoria «Para Laura Ann Murray, la mejor de la suertes. Neil Armstrong, Apollo 11». La firma y la caligrafía, es totalmente real debido que fue autentificado por un experto.
El padre de Laura Tom Murray era amigo cercano de Armstrong. El padre de Laura fue un piloto de la Fuerza Aérea estadounidense, durante la segunda guerra mundial y fue en la época de los 70 cuando Armstrong era profesor universitario de Cincinnati decidió regalarle el polvo lunar a la hija de su gran amigo.
Actualmente Laura no recuerda ese momento de su vida, cuando le fue regalado aquel tubo de ensayo, pero decidió adelantar una demanda antes de que la NASA hiciera una solicitud del polvo lunar, el abogado de Laura declaró que su cliente "desea establecer legalmente que tal objeto le fue obsequiado por Neil Armstron y que es su legítima propiedad. La demanda legal procedió y fue interpuesta en la corte federal de Kansas bajo el Acta de Declaratoria de Juicio del código de los Estados Unidos.
Cabe destacar el polvo lunar que posee Laura, fue objeto de estudio para determinar su veracidad. La ubicación de este elemento lunar no se conoce hasta ahora por seguridad.
Recordemos que Neil Armstrong fue el primer ser humano que llego a la luna, también fue un importante ingeniero aeroespacial, piloto de prueba y profesor universitario.
Dato curioso. El polvo lunar causa graves problemas para la salud humana puesto que su inhalación puede causar daños severos como necrosis del tejido pulmonar lo que se traduce en trastornos respiratorios, cardiovasculares y crisis inflamatoria que abren la posibilidad de padecer cáncer, por lo que no es conveniente tener contacto con el polvo lunar. En el caso de los astronautas los trajes espaciales evitan que entre en contacto con el organismo, pero el problema está en que se cuela fácilmente en las áreas de trabajo y las habitaciones de los astronautas.
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