La muerte de José María Iñigo, quien acumulara en su trayectoria seis premios al “Mejor Presentador”, desempeñándose como periodista, locutor, actor, escritor y presentador de la televisión española, después de dos años en tratamiento contra un cáncer, falleció el pasado sábado a los 75 años, dando un duro golpe a sus familiares y personas allegadas.
El periodista, tenía una familia conformada por su esposa Pilar y sus cuatro hijos: Dani, Eduardo, Chemi y Piluca, quienes reconocieron las entrañables muestras de cariño y admiración que protagonizaron las personas en el funeral de su patriarca, por ser una figura pública y reconocida en España. La joven Piluca (Pilar Íñigo), ante la partida de su progenitor escribió una carta, recordándole con enorme cariño y bienhechora dosis de buen humor, como él mismo lo hubiera hecho.
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La misiva fue publicada por El Mundo y entre sus líneas expresa: "La ola de cariño que levantó ayer su marcha transforma esa tristeza en alegría, felicidad y sobre todo en orgullo. Algo bueno tuvo que hacer (...) Como siempre dice mi madre, Piluca: es que no sabes quién era tu padre y todo lo que hizo (…) Así es él, un hombre de pocas palabras, pero justas, directas e inteligentes".
La carta culmina con las siguientes palabras: “mis hermanos ayer me decían que sentían alivio porque ya había terminado este viaje. Pero yo seguía queriendo tenerle a mi lado, físicamente digo, porque en la memoria y recuerdo esta siempre; y de alguna manera, creedme que lo hago…”, tales muestras de afecto hacen destacar que José María Iñigo no fue un papá del montón, por el contrario, fue un ser excepcional a tal punto que dejo en claro a sus hijos las siguientes palabras “los aplausos no se piden”, aunque Piluca en medio de sus emociones pidió un gran aplauso para despedir a su extraordinario y amado padre.