Tras la muerte de Cayetana Fitz-James Stuart, XVIII duquesa de Alba, ha creado polémica entre sus hijos, ya que no aceptan esas normas que desde toda la vida se ha regido la familia, su fortuna y sus polémicas, dejado por la Duquesa, ha traído contienda entre sus descendientes aristócratas, en donde el mayorazgo, que beneficia siempre al primogénito y sucesor al frente el ducado. Por tanto, rechazan estos principios en las cuales se rige la familia, la intolerable costumbre ha desencadenado disputa y alejamientos entre los hermanos con Carlos, hasta llegar al escándalo público.

Si entre la realeza ha habido diferencias, la disputa está declarada entre la presidenta de la Junta de Andalucía, que, por su Estatuto de Autonomía, preside la misma, cuya actividad es dirigir y coordinar la Administración de la comunidad autónoma, y la casa de Alba, que es la institución española, que se encarga de la preservación del patrimonio histórico y cultural de esta, se ha encendido por la suma de dinero de mil doscientos euros, la cual es la contribución del reparto de la última herencia, hasta tal punto que hasta la servidumbre denuncian a la presidenta de la junta Susana Díaz, por acosarle para que declare en contra de los herederos donde mencionaran que estos debieron de haber tributado en la comunidad autonómica andaluza y no en Madrid, para así tener rebaja de impuesto en la cantidad de la comisión.