Hace ocho años, en Mendoza, Roberto Sánchez, conocido por todos como “Sandro”, fallecía en el Hospital Italiano, tras estar más de un mes luchando por su vida. Había sido sometido a un trasplante cardiopulmonar para mejorar su calidad de vida; una serie de complicaciones lo llevaron a pasar por cinco intervenciones quirúrgicas más. Finalmente, el fuego del “Gitano” se extinguió en la noche del 4 de enero del 2010.

Según el parte médico oficial, Sandro murió por un shock séptico, complicado por necrosis intestino-mesentérica y una coagulopatía. Por su gran trayectoria, el ídolo fue velado en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso Nacional, recinto al que acudió una gran multitud para darle el último adiós al Gitano, haciéndole frente a una ola de calor. Una despedida que muchos medios televisivos equipararon a la que había tenido Carlos Gardel.

Sandro fue sepultado en el Gloriam Cementerio Jardín, ubicado en Longchamps (Almirante Brown). Hoy, junto con su mítica Casona de Banfield, su tumba es parte del recorrido que hacen sus “Nenas” (como llamaban  a sus fans) por el aniversario de su muerte. En ninguno de estos actos estará presente Olga Garaventa, la esposa del Gitano, quien desde su viudez pasa de escándalo en escándalo.

Otra que tampoco formará parte de estos actos es Sandra Borda, la supuesta hija no reconocida del músico, quien el octubre del 2015 había hecho exhumar los restos del popular artista para confirmar su parentesco sanguíneo. Tras darle negativo la prueba de ADN, la denunciante sigue adelante con su reclamo.

“No he vuelto a ir a la tumba de Sandro. Todo eso me impactó mucho y lesionó mi sensibilidad. Además, no quiero herir susceptibilidades y tampoco estar presente en fechas tan movilizadoras”, sostuvo Sandra en diálogo con DiarioShow.

Para recordar la vida de Sandro, aquí tres de sus éxitos: