Un hombre secuestra a una niña en una calle de China ofreciéndole «snacks»
En la ciudad de la China de Ganzhou al sur de la provincia de Jiangxi. Se dio conocer el secuestro de una niña, el hecho se conoció por las cámaras de vigilancia ubicadas en una calle de dicha ciudad.
En el clip se muestra el momento exacto donde la niña de tres año fue secuestrada el pasado viernes por un presi traficante de personas que le había comprado un snack, así lo reseño el portal web RT.
En las imágenes se aprecia a la menor caminando por la calle mientras un hombre se desplaza a su lado en una moto mientras está comía golosinas y llevaba una bolsa de snacks.
Según lo indicado por el padre de la víctima el secuestrador llevó a la niña al lado contrario para comprarle la comida. Aunque la menor se mostraba un poco tranquila, en cierto momento de la escena el hombre sube a la pequeña a la moto y se marcha.
El padre de la víctima acudió al cuerpo policial de la ciudad para colocar la denuncia tras percatarse de la desaparición de la pequeña. Al pasar 18 horas de búsqueda los agentes policiales detuvieron al secuestrador que se encontraba en su casa, donde ocultaba a la menor, afortunadamente la pequeña no resultó herida.
El secuestrador es sospechoso por tráfico de personas, el hombre dijo que no tenía intención de vender a las niñas, expresó que sólo "quería criarla como su hija". La investigación de este caso aún sigue en marcha.
El secuestro hacía infantiles se conoce como la acción de retener indebidamente e ilegalmente a uno o varios menores de edad y a su vez mantenerlos en cautiverio contra la voluntad de estos.
Los niños pueden ser secuestrados por organizaciones delictivas como por individuos amenazados o para distintos objetivos. Este crimen se conoce como uno de lesa humanidad y constituye una grave y enorme violación de los convenios de Ginebra.
El tráfico hacía los niños es un problema catalogado como grave a nivel mundial. En las últimas décadas el contrabando y el tráfico se han convertido en una actividad importante y de fuertes ingresos para las organizaciones criminales en los planes nacionales e internacionales.
El secuestro hacía estos niños no tiene lugar, puede ser en sus hogares, escuelas o campos de refugio. Estos hechos delictivos suceden para la explotación de estos jóvenes, obligarlos al trabajo forzado, esclavitud sexual y reclutamiento forzoso.