Tal parece, que Italia se está cansando de los visitantes maleducados  y ha decidido imponer una serie de reglas en esta ciudad.

La primera sanción fue impuesta por el alcalde de Florencia, quien cansado de la imagen que daban los turistas cuando se sentaban en las calles a comer en pleno centro histórico, decidió multar con 500 euros a todas las personas que desobedecieran a la nueva normativa.

A pesar que esta bella ciudad, tiene consigo un sinfín de restricciones como: Botar basura a la calle, darle de comer a las palomas, marchar en bicicleta, sentarse en las escaleras  de las estatuas, realizar picnics en calles o bancos, embriagarse, estar sin camisa o nadar en los canales.