La última vez que el sueño me venció, estaba en un bus repleto de gente que se reía de ver cómo me golpeaba inconscientemente la cabeza contra la ventana una y otra vez. Simplemente no podía mantener los ojos abiertos y mi cuello, un poco más largo de lo normal, me traicionaba al no tener dónde apoyarse. ¡Para qué hablar de los ronquidos!

Lo importante a tener en consideración, es que a TODOS les ha pasado alguna vez, y por lo mismo, no debemos avergonzarnos cuando nos sucede. De hecho, las fotografías que te mostraré a continuación, de animales que se quedaron dormidos en lugares y posiciones extrañas, te devolverá toda la seguridad, al mismo tiempo que te harán reír a carcajadas.