Un perro puede ayudarnos a superar la sensación de miedo o tristeza, pues recurrimos de forma habitual a abrazarlo, ya que estos no solo nos brindan compañía, sino también apoyo emocional en momentos de dificultad.

Su disponibilidad es siempre total, tener un perro es reconfortante y mejora el estado de ánimo. Ellos alivian  la soledad, reducen  el estrés y depresión e incluso aumentan la autoestima. Sin duda, llega a ser una gran compañía, incluso, mejor que la de una persona, ya que nuestro perro nunca nos va a criticar o a menos preciar, al contrario, siempre dará lo mejor de el para nosotros.