Eleanor Roosevelt fue la primera dama de Estados Unidos en el periodo de 1933 a 1945. Sin embargo, esta asombrosa mujer hizo mucho más que ser la esposa de un presidente. Ella es considerada una de líderes del siglo XX en materia de derechos humanos y trabajo en pro de muchas causas humanitarias. Entre sus logros profesionales se encuentran: presidir la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y ser delegada de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Es una de las primeras damas más activas en la política. Estuvo involucrada en el Partido Democrático y trabajó por la justicia política, racial y social de las personas.

 

Sus primeros años fueron difíciles, a pesar de su alto estatus económico. Sufrió mucho por la repentina muerte de su madre y por el alcoholismo de su padre, que murió unos años después de su madre. Ella y sus hermanos quedaron al cuidado de su abuela y vivieron con ella en Nueva York. Eleanor estudió en un instituto privado de Inglaterra y volvió a su hogar cuando culminó sus estudios, a los 18 años. Una vez de vuelta inició su larga carrera de trabajo social. Lo primero que hizo durante esos años fue servir como maestra voluntaria para niños inmigrantes de escasos recursos.

 

A los 20 años se casó con Franklin Roosevelt que era su familiar lejano. Tuvieron seis hijos, cinco de los cuales llegaron a la edad adulta. Luego de su casamiento la carrera política de su esposo se mantuvo en ascenso. Eleanor se dedicó en esos años a cuidar a sus hijos y combinar su vida con la ayuda social. Fue voluntaria de la Cruz Roja y Hospitales durante la Primera Guerra Mundial. Después de la guerra comenzó a involucrarse con la política en el Partido Democrático y organizaciones de mujeres. En 1921 le diagnosticaron a su esposo Polio y fue Eleanor la que lo animó a que continuara en la política. Fue electo como gobernador de Nueva York en 1928 y seis años más tarde fue electo presidente.

 

Su rol como la primera dama fue muy importante. Ella viajaba a por todos Estados Unidos y actuaba como los ojos y oídos de su esposo. Visitaba instituciones del gobierno y le reportaba a su esposo lo que observaba. Desde esa época luchó por los derechos de las personas afroamericanas, las mujeres, los trabajadores, los jóvenes y las personas de escasos recursos. Su trabajo social continuó hasta el día de su muerte, el 7 de noviembre de 1962, a los 78 años de edad. Su huella ha permanecido en la Casa Blanca hasta el presente. Se dice que ella es el modelo a seguir de todas las primeras damas y que su comportamiento y desempeño se compara con el de Eleanor Roosevelt.

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