E.T. (El extraterrestre) es una de las películas más entrañables y queridas en la historia del cine. La película de 1982 dirigida por el archi-famoso Steven Spielberg se convirtió en uno de los éxitos de taquilla más recordados, superando incluso, a Star Wars (1977) y solo otra película dirigida por Spielberg pudo robarle el record: Jurassic Park (1993).

La crítica adoró la película.  Fue aclamada como una historia atemporal e icónica sobre el valor de la amistad y, según una encuesta realizada por el portal Rotten Tomatoes es considerada por muchos como la película de ciencia ficción más grande jamás realizada. Se re-estrenó en 1985 y para celebrar sus 20 años se lanzó una versión remasterizada y con escenas cambiadas.

Toda una generación de niños quedó marcada por el filme del pequeño alienígena.

Sí, E.T. es todo un hito en la historia del cine; pero, aunque la mayoría la considera como una historia de trama familiar, otros creen que es uno de los filmes más aterradores de todos los tiempos.

La película parece tener un origen truculento. Spielberg imaginó al personaje de otro mundo basado en un amigo imaginario que creo a raíz del divorcio de sus padres: «Era el hermano que nunca tuve y el padre que ya no sentía que tenía», dijo en una entrevista el famoso director.

Una de las escenas más polémicas es aquella en la cual E.T. se toma unas latas de cerveza y se emborracha, y Elliot, su amigo humano sufre los mismos síntomas de embriagues por tener conexión psíquica con él. «Y no suficiente con eso, también anima a acosar y besar a una de sus compañeras de clase», explica el Rob Bricken, redactor de la revista ‘Medium’.

Bricken afirma que odia esta película y cree que Spielberg ha engañado a todos. «Lo más probable es que seas una de estas decenas de millones de almas equivocadas que creen que es perfecta para el cine familiar. Si es así, tengo un argumento incuestionable de por qué se debe temer y odiar a este ‘alienígena adorable’, comenzando con el hecho innegable de que el personaje tiene forma de genital masculino.», señala.

Rob Bricken fue el editor del portal io9 que se especializa en ciencia ficción, fantasía, futurismo, ciencia, tecnología y áreas relacionadas; y actualmente escribe la columna Procesador Nerd. «No digo esto para ser grosero. No quiero que se vea de esta manera, pero es innegable. Su gran torso es un saco arrugado y de color marrón sobre dos pies pequeños. Su cabeza es bulbosa y se encuentra sobre un cuello largo que extiende cuando está excitado. Es una verdad sombría, pero una realidad de todos modos. Ahora que te has dado cuenta, nunca podrás dejar de imaginarlo, sin importar cuántas veces veas la película», apunta.

Sin estar claro el por qué, E.T. empieza a enfermar y obliga a su joven y devoto amigo humano a llevarlo al bosque para ponerse en contacto con su nave nodriza. Elliot pasa toda la noche durmiendo en el suelo a bajas temperaturas hasta que Michael, hermano mayor del niño, llega en su búsqueda. Michael descubre que su hermanito y que el alienígena está muriendo también. El visitante del espacio tiene el cuerpo hinchado y grisáceo, tiene un aspecto realmente desagradable, casi putrefacto.

Michael intenta salvarles la vida a ambos y decide llevarlos a casa, donde les espera un equipo de científicos evidentemente pertenecientes a alguna de las agencias secretas del gobierno. Los agentes emboscan al grupo envueltos en trajes anti-contaminanción. «Dejando de lado mis sentimientos sobre el el film, sé a ciencia cierta que esta escena traumatizó a muchos niños de los años 80, incluso a los que ahora dicen que disfrutan de la película», explica Bricken.

El columnista cree que puede probar que E.T. quería matar a Elliot. «En primer lugar, debemos examinar por qué el extraterrestre se pone malo cuando su nave espacial se va. Y lo más importante es por qué mejora a medida que se acerca a la Tierra nuevamente.”

“Claramente, las fuerzas vitales de los alienígenas están unidas entre sí, o con el vehículo, de alguna manera que no es estrictamente física. Es solo cuando su gente se acerca o, mejor dicho, tiene cierta proximidad, que revive en esa pequeña y espeluznante bolsa mientras Elliot solloza sobre su cadáver (y otra vez, qué encantadora película familiar es). Es un hecho», alega. “La urgencia del extraterrestre en construir ese dispositivo para llamar a casa es indicativo de que sabe que su muerte está cerca», continúa.

Rob Bricken es implacable en su lógica: «¿Por qué entonces se uniría psíquicamente con un niño humano a sabiendas de que estaba condenado a muerte? ¿Por qué elegiría atar la vida de un niño a la suya, especialmente después de darse cuena de que le quedaba muy poco tiempo? En el mejor de los casos, esto es un horroroso e insensible desprecio por la vida de Elliott. En el peor, ET ha hecho un pacto asesinato-suicidio (que nunca cuenta) con el niño».

«Afortunadamente en este punto de la película, ET muere, aunque lamentablemente acabe resucitando gracias a la llamada anterior. Todo lo que queda es que Elliott ayude a que ET escape de los científicos y regrese al bosque para que pueda volver a casa mientras era perseguido por agentes del gobierno. Así que para que no les puedan pillar, el alienígena usa sus poderes para hacer levitar las bicicletas en un momento verdaderamente mágico e icónico de inmenso peligro para los niños», relata el escritor.

El periodista virtual confiesa que debido a este filme desarrolló un terror brutal a lo desconocido, al espacio exterior y a todo lo que tiene que ver con los extraterrestres: «El aspecto que más miedo me daba era la posibilidad de que el protagonista o algo parecido me secuestrara y me llevara a su planeta porque pensara que era su amigo. De alguna manera, ese malentendido fue peor que todos los asesinos de películas juntos», concluye.