“Probar un taco de alacrán, descubrir qué hay debajo de la Catedral, ver una obra de teatro montada por los presos dentro de un reclusorio, entrar en una habitación tapizada de chocolate, escapar de zombies en una bodega abandonada, bailar con una fichera, intercambiar tus artículos reciclables por vegetales frescos, transportarte a una noche medieval y echar arrancones legales”.

La frase anterior se encuentra en la página oficial del libro “Las 365 experiencias que debes vivir en la Ciudad de México” del autor Juan Luis R. Pons, director por cinco años de la revista Chilango. Es un libro que se publicó este año, 2018, y describe actividades originales, interesantes o poco inusuales que el autor le recomienda a las personas para conocer la Ciudad de México a profundidad. Además, el libro tiene tips, datos curiosos y hallazgos sorprendentes.

El autor dio una entrevista para Forbes México en donde eligió sus actividades favoritas de las 365 que menciona en el libro. Todas las experiencias son perfectas para aquellos que creen que conocen bien la ciudad, para probar si es cierto o no, y para los turistas que solo estarán de paso.

 

Ver una obra de teatro dentro de una cárcel real

El penal de Santa Martha Acatitla se convierte un sábado al mes en un escenario que presenta obras, con los reos como los actores. Es difícil conseguir entradas, pero no imposible. Solo debes planear con anticipación esta salida para comprar las entradas con mucho tiempo.

Cuartos enigma

Esta es una actividad en la cual te encierran en un cuarto y debes superar retos para salir. Lo puedes hacer con un grupo de amigos y pone a prueba tu resistencia a la presión. La nueva sucursal de los Enigma Rooms se encuentra en Coyoacán. Podrás probar tu suerte para escapar de la sala de controles de un submarino, ir a Marte o evitar que escapen dinosaurios de un parque de diversiones que se ha quedado sin electricidad.

Un laberinto de verdad

En la carretera que lleva hacía Ajusco se puede llegar a una mansión inglesa al estilo Tudor. En su jardín se encuentra un laberinto con paredes de arbustos de hasta dos metros de alto, un reto para niños y adultos por igual.

Una noche medieval

Cada sábado por la noche el Mesón del Cid se transporta en el tiempo a la época medieval. Por cuatro horas los asistentes pueden disfrutar de una comida acompañados de juglares, magos capuchinos, acrobacias en tela, malabaristas, personajes en zancos y trovadores.