Si vas por la carretera Picacho-Ajusco podrás encontrar un lugar que parece salido de un libro de ficción. Este lugar mágico se llama El laberinto de Ajusco y es parte de una casa propiedad de Ignacio Figueroa. La casa tiene un estilo tudor, típico de Inglaterra en la antigüedad. Ignacio decidió construir su casa lejos del bullicio de la ciudad y ahora es un escape cuando quiere escapar de la gran jungla de concreto.

La construcción comenzó en 1999, con la idea de crear un palacio. Es por esto que creó el laberinto en el jardín frontal, que es casi igual al del Castillo de Hever. Este castillo fue el hogar de Ana Bolena, reina de Inglaterra de 1533 a 1536 y segunda esposa de Enrique VIII. El laberinto es casi igual porque el de Ajusco es en verdad más grande que el del Castillo Hever. Sin embargo, el trazado de ambos laberintos es idéntico.

La casa recibe miles de visitas al año e Ignacio lejos de sentirse invadido se siente feliz que se acerquen a conocer su hogar. Dice que a veces incluso deja subir a las personas a la planta alta sin ningún tipo de supervisión. Desde el segundo nivel es desde donde se aprecia mejor el laberinto y es por esto que los visitantes desean subir a la planta alta y obtener la mejor vista.

El recorrido del laberinto se completa en 15 o 18 minutos. Sin embargo, el dueño recalca que no es importante terminar el laberinto rápido o siquiera terminarlo sino disfrutar el paseo. El administrador de la propiedad cuenta que Ignacio regreso con la idea de la construcción luego de un viaje por las tierras inglesas.

Si visitas la entrada a la casa tiene un costo de $50 pesos y se pueden rentar las habitaciones por $500 pesos. Es un área turística ya que cerca se realizan conciertos de música electrónica y a la gente le gusta acampar. Es un terreno enigmático que llama la atención de todas las personas que lo visitan. Si quieres hacer algo diferente sin alejarte mucho de la ciudad este palacio es ideal.