La historia es una ciencia importante ya que ayuda a una sociedad a recordar los sucesos del pasado. Es una manera de honrar a los antepasados y no olvidar sus luchas o derrotas. México es un país con una historia impresionante. Ha sido testigo del nacimiento y declive de civilizaciones milenarias, la fusión de la cultura española e indígena y una guerra revolucionaria que cambió para siempre el panorama y la identidad del país.

¿Sabías que parte de esta historia ha sido presidida por la naturaleza? Te contamos de los árboles que de una u otra forma han sido testigos de momentos históricos para México.

 

El árbol de la noche triste

Se encuentra en el norte de la Ciudad de México y es una de los árboles más importantes de la historia. Se dice que luego de la derrota del ejercito de Hernán Cortes este personaje lloró al pie del árbol, cubierto por sus ramas. Sin embargo, el árbol no ha permanecido intacto ya que, en 1980, por un acto de vandalismo, se quemó y su tamaño se redujo a la mitad. Desde el 2013 el gobierno se ha dedicado a preservar lo que queda y se construyó una plazuela para recordar ese momento histórico.

 

El Ahuehuete de Moctezuma

Este árbol es conocido también como el centinela o el sargento. Las crónicas cuentan que el famoso emperador Moctezuma le pidió a el rey poeta de Texcoco Nezahualcóyotl que lo plantara. Eligió ese sitio porque en la época prehispánica era un lugar sagrado donde la realeza iba a descansar.

 

El árbol de los acuerdos

Fue testigo de acuerdos que tomó el General Manuel González. Manuel González fue Presidente Constitucional de la República Mexicana en el período de 1880-1884. Las historias cuentan que tomó importantes decisiones a la sombra de este árbol. Más adelante el sitio se convirtió en el punto de reunión de la comunidad estudiantil de la Escuela Nacional de Agricultura.

 

El Ahuehuete de Chalma

Un árbol rodeado de misticismo y fe. Este espécimen es conocido por ser parte de uno de los santuarios más significativos e importantes de México. Cada año las personas llegan al manantial que nace del árbol a refrescarse, luego se colocan una corona de flores y continúan su peregrinación hacia el Santuario del Señor de Chalma. Se le atribuyen propiedades milagrosas por lo que también se le denomina como “El árbol milagroso”. Las aguas cristalinas que brotan del manantial son aprovechadas por los fieles para purificarse antes de continuar el camino, que tiene como destino final el santuario. Esta práctica la iniciaron Sebastián de Tolentino y Nicolás de Perea, frailes de la Orden de San Agustín. Cuenta la historia que llegaron a evangelizar en 1539 a los pobladores de Malinalco y Chalma. En el proceso descubrieron que en las cuevas cercanas se veneraba a Oxtotéotl con sacrificios humanos. Al llegar a la cueva para destruir la imagen de Oxtotéotl y promover la veneración de Cristo se toparon con un milagro. En la cueva vieron la aparición de Jesucristo con el ídolo de Oxtotéotl destruido a sus pies.

 

El árbol del Tule en Oaxaca

Es uno de los más antiguos con 2,000 años de edad y tiene el tronco más grande de todo el mundo. La leyenda cuenta que lo plantó Pechocha, un sacerdote de Ehécatl, el “Dios del Viento”. Es uno de los lugares emblemáticos de Oaxaca y atrae turistas al área debido a su imponente tamaño y belleza.

«El Arbol del Tule»
© 2012 Rafael Bautista
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