C. Tangana es de esos artistas que deciden jugar con un alter ego polémico para promocionar su música. Eso es algo que debe ser tenido en cuenta cuando se lo invita a cantar en algún evento o espectáculo. Y eso es lo que deberían haber tenido en cuenta en la producción de Operación Triunfo cuando lo invitaron a dar un show durante la novena gala de anoche.

Antón Álvarez Alfaro se ha convertido en un artista que gana cada vez más popularidad dentro del mundo del trap. Desde que lanzó su primer gran éxito Antes que me muera junto a Rosalía, artista flamenca que se convertiría en su ex mujer, su carrera ha despegado y parece que se va sin freno hacia las cumbres más altas.

Pero no siempre fue un artista tan reconocido. Alfaro empezó bajo el pseudónimo Crema, con el que hizo circular sus primeras maquetas entre los jóvenes del ambiente del rap urbano underground español. Empezó junta a su banda, Agorazein, con trabajos que tuvieron una acogida bastante variada entre su incipiente público.

Después del disco Agorazein, el trapero empezó a presentar sus nuevas composiciones bajo el pseudónimo de C. Tangana. Empezó a caminar los primero pasos hacia la fama en 2013, y tras sufrir una crisis, decidió separar su propia personalidad, de su nombre artístico. Así surgió el personaje que hoy en día caracteriza al artista español.

Los comentarios acerca de este cantante son totalmente antagónicos, incluso dentro de los mismos seguidores del género. Para algunos es un gran artista que merece la fama que se ha ganado, mientras que para otros, es un «vendido».

El alter ego de Alfaro, C. Tangana, es un personaje despreocupado e irreverente, y así lo demostró durante la última gala de OT, donde se presentó con un vestuario que, en palabras de un youtuber, parecía sacado del elenco de Narcos México.

Presentó su nuevo single Es un veneno, y cantó con su particular estilo. Al terminar su actuación, se retiró de inmediato, sin molestarse en saludar. Apenas si dijo “buenas noches, Maricarmen” y abandonó el escenario sin más. Los jueces se quedaron estupefactos, intentando dar alguna explicación al comportamiento del trapero.

Al poco tiempo, publicó una historia en Instagram donde aparecía riéndose con actitud burlesca. Inmediatamente se desató un debate en Instagram donde las opiniones se dividieron entre quienes decían que era “un genio” por su actitud, y quienes, por el contrario, pensaban que lo que hizo fue una falta de respeto.