En 1995, salía Toy Story, el primer largometraje de la entonces joven compañía Pixar, y al mismo tiempo la primera película animada completamente por computadora. Un film que seguramente una gran parte de nosotros recuerda con mucha nostalgia.

Una película inmortalizada en la memoria de todos los que tuvieron su infancia allá por los noventas y de la que queda una frase eterna: “¡Al infinito y más allá!”, frase que decía constantemente el astronauta Buzz Lightyear.

A la primera entrega, que causó un gran furor, le siguieron otras dos en las que se fueron sumando algunos personajes, que más tarde se acoplaron tan bien a la trama que se hicieron parte del elenco al momento.

Pero la historia de estos juguetes fue más allá del amor infantil que causó entre su público. Dejó una profunda huella en toda la cultura popular. Cuando diversas empresas vieron la calidad de animación que se podía llegar a lograr gracias a esta nueva tecnología, desde fabricantes de chips electrónicos, hasta investigadores de robótica se interesaron en la implementación que podían llegar a darle a estas nuevas animaciones. Los desarrolladores de videojuegos, por supuesto, quedaron fascinados con la idea de hacer juegos con esta tecnología de animación.

A casi una década de la salida de la última de las películas de la saga, hace unos pocos días se anunció finalmente el tráiler de la cuarta secuela de la historia de Buzz y Woody, para quienes prestaron sus voces los actores Tim Allen y el reconocidísimo Tom Hanks, quien por ese entonces estaba en la cresta de la ola de su popularidad.

El gran estreno de esta cuarta entrega está planeado para el 21 de junio del año que viene.

Por lo que se puede ver en la colilla, un nuevo personaje se nos presenta en esta entrega. Según parece, se trata de un tenedor de plástico al que le dieron rasgos faciales y fue convertido en un juguete. Esto le ha causado un serio conflicto de personalidad, como lo demuestra el final del cortometraje, donde, en las últimas escenas, sale este peculiar personaje gritando que no es un juguete.