La familia real británica ha estado bajo la lupa de los medios más que nunca últimamente. Esto debido a que hace muy poco se dio a conocer la noticia de que Meghan y Harry están esperando un nuevo bebé.

El mayor revuelo viene a darse por el hermetismo con el que la pareja real guardó el secreto del embarazo durante una buena parte del periodo de gestación. Sólo tras la noticia, los medios se dieron cuenta de golpe de que Meghan, hasta entonces había tenido siempre mucho cuidado de no dejar a la vista su abdomen.

Ahora que los herederos reales han formado una familia, necesitan un lugar donde asentarse y ver crecer a sus hijos. Por eso se esperaba que se mudaran para el 2017 al apartamento 1 del palacio real, pero éste estaba en remodelación y no pudo ser.

Hasta ahora, la pareja real había vivido en la Nottingham Cottage, una residencia “humilde”, de 125 metros cuadrados. Esta residencia cuenta con dos habitaciones, un  salón y todo lo elemental para vivir. Aunque sería la envidia de muchos, el departamento de soltero de Harry es apenas un monoambiente comparado con el apartamento 1, que cuenta con 125 habitaciones, más todas las comodidades a las que la familia real está acostumbrada.

Pero ahora ha surgido otro inconveniente a la hora de poder hacer efectiva la mudanza: el último primo hermano vivo de la reina, Henry III, duque de Gloucester, vive ahí con su esposa y su familia. Es el lugar donde han criado a sus hijos y, al parecer, Brigitt, la duquesa de Gloucester, no tiene ninguna intención de abandonar la residencia.

“No quiere irse ¿por qué lo haría? A ella y su marido se les dio este apartamento por parte de su majestad, la reina”, declaró una fuente cercana la duquesa.

Esta situación podría llevar a que Harry y Meghan tengan que buscar otro lugar donde mudarse, fuera de las inmediaciones del palacio de Kensington. Por ahora la pareja se concentra en los preparativos para la llegada tan ansiada de su hijo. Habrá que dejar pasar el tiempo para ver qué resulta.