México: Conoce los pueblos fantasma más increíbles del país

Esta ciudad que fue protagonista del auge minero de la colonia en México, hoy es un pueblo fantasma que no fue abandonado una vez, sino un par de ocasiones desde su fundación.

Hoy es un fuerte atractivo turístico, que ofrece estancias en las recuperadas viejas casonas, así como contar con plazas y callejones por los cuales disfrutar un paseo. En los alrededores los vestigios centenarios de las minas y haciendas de beneficio recuerdan la riqueza de las vetas argentíferas y auríferas.

El sitio emblemático de los pueblos fantasma en México. Ubicado en San Luis Potosí, era una rica ciudad minera en el corazón de la sierra de Catorce. Se cree que en 1772 ya era una una población minera.

Cuando las minas dejaron de producir el pueblo prácticamente murió convirtiéndose en un pueblo fantasma resucitando a finales del siglo XX como centro turístico conocido a nivel mundial, la mayoría de sus edificaciones aún permanecen vacías.

Ojuela fue otra de las famosas ciudades mineras del país. En el lugar se generaba oro, plata, zinc y magnesio. Las personas abandonaron este lugar por una terrible inundación en la mima que provocó que el lugar se volviera estéril.

Hoy en día, Ojuela tiene calles, tiendas, albercas, recintos religiosos, cines e incluso casinos, cuya arquitectura te hace sentir en otro mundo. Además, el puente colgante es uno de los principales puntos turísticos, ya que data de hace más de cuatro siglos.

Este pueblo en su día tuvo hasta 18 viviendas, siendo habitado por unas 70 personas en un lugar en el que la agricultura era el motor de su economía. Un lugar pequeño en el que no había ni cura, ni médico, donde tenían que desplazarse de otros municipios para poder ofrecer sus servicios a los habitantes. Hoy en día se puede ver alguna casa habitada y caminos asfaltados, pero edificios como la escuela o la iglesia están casi derruidos.

Cuando en los años 50 se hicieron pantanos por todo el país, el pueblo de El Vado quedó sepultado bajo sus aguas, quedando únicamente una iglesia al descubierto. Sus habitantes se vieron obligados a dejar sus casas y emprender nueva vida en otros pueblos, ya que incluso los pequeños municipios y tierras colindantes fueron expropiados por el Instituto para la Conservación de la Naturaleza (ICONA).

Ciudad fronteriza entre Tamaulipas y Nuevo León, Viejo Guerrero se fundó en 1750. No obstante, para 1953, este sitio tuvo que ser evacuado debido a la construcción de la Presa Falcón, cuyo embalse inundó a la población.

Actualmente, Viejo Guerrero se puede visitar cuando la presa tiene embalses bajos; y entonces se pueden observar ruinas y monumentos que sobrevivieron a la inundación: sólo la cúpula de la Iglesia de nuestra Señora del Refugio sobrevivió completa.

La historia de este pueblo es muy importante ya que fue gracias al descubrimiento de las minas que albergan las montañas que lo rodean, que se fundó la ahora capital del estado.

Las minas fueron explotadas hasta las primeras décadas del siglo XX. En 1948 se suscitó una huelga minera, que resultó en el abandono de las minas. La compañía minera decidió marcharse, no sin antes dinamitar la mina, dejando que el pueblo cayera en decadencia.

Es una población del estado de Michoacán. En febrero de 2010, un frente frío trajo lluvias intensas que causaron inundaciones y avalanchas de lodo particularmente mortíferos en consecuencia el pueblo de Angangueo fue desalojado.

En los refugios, los desalojados se negaron a volver al pueblo y el 11 de febrero de 2010, las autoridades anunciaron que los ex pobladores serían reubicados en otro punto del mismo municipio.

Estos son pueblos fantasma abandonados por la necesidad de seguridad, y son los más recientes. Se trata de dos pueblos en Guerrero en los que durante tres días los habitantes de estos pueblos del municipio de Chilapa iniciaron un éxodo de aproximadamente 800 familias hacia lugares más seguros en los que estuvieran a salvo de la violencia generada por los cárteles del narco.

Los poblados de Tepozcuautla y Ahuihuiyuco pasaron a formar parte de la lista no oficial de pueblos fantasma que han quedado vacíos ante la violencia detonada por la guerra contra el narco. Desde el 2012 estos abandonos de lugares han sido famosos, ya que la gente quiere su seguridad.

Este es el paisaje que encuentra un visitante hoy en en San Luis de la Loma, un pequeño pueblo en el estado mexicano de Guerrero, tradicionalmente dedicado a la producción de mango, leche y ganado.

Ubicado a dos horas de Acapulco, en sus alrededores existen cientos de caseríos a la entrada de la Sierra Madre del Sur, los cuales han sido totalmente abandonados por sus habitantes. El lugar tiene buena tierra para la amapola, por lo que los carteles han sembrado el miedo en el lugar.