Tu infancia ahora es parte del pasado, y así como no comprendías las anécdotas de tus padres, tus hijos no sabrán lo que significaba el contestar el teléfono de casa sin saber quién llamaba y el resto de cosas que viviste cuando eras un niño.
Buscar nombres y números de teléfono en las páginas amarillas
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Ningún niño moderno sabrá lo que era abrir la guía telefónica y buscar números de amigos, restaurantes, empresas y demás. ¡Ahora todo es Internet!
¿Buscaban en mapas de papel?
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Para tus hijos será imposible imaginar lo anticuado que parece ahora tener que buscar trayectos en un mapa de papel durante las vacaciones. ¿Y por qué no tenían Waze?
Lo terrible que era comprar un Discman sin protección a los golpes
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Desde los iPods, las nuevas generaciones han dejado de conocer ese sentimiento horrible que te provocaba comprar un Discman sin protección contra golpes, porque cuando ibas en el auto, cada movimiento significaba una canción interrumpida.
¿Bueno? ¿Quién habla?
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Jamás podrán imaginar esa emoción que provocaba correr a contestar el teléfono sin saber quién era la persona que estaba llamando. ¡Ahora todo tiene identificador de llamadas!
¡Las sorpresas del cereal!
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No había nada mejor en el mundo que vaciar la caja del cereal y encontrar el juguete sorpresa, ese que podías coleccionar y que siempre era súper cool.
El enojo de encontrar tu disco favorito rayado
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Tus hijos tampoco entenderán nada cuando les cuentes que antes los discos se rayaban y eso provocaba que las canciones ya no pudieran sonar completas. ¿No usaban Spotify?
¡Soplar los juegos de Nintendo 64 para que funcionaran!
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Si tan solo ellos hubieran jugado Mario Party o Mario Kart en Nintendo 64 entenderían lo difícil que era soplar los cartuchos para que funcionaran cuando se calentaban demasiado.
La diversión de hablar con tus amigos en Messenger
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Claro, ahora tienen miles de maneras de comunicarse, pero lo emocionante era cuando tenías que pasar horas en la computadora y esperar a que se conectara al MSN la chica o el chico que te gustaba solo para hablar un ratito y hacerle pregunta cómo: ¿Y qué cuentas? ¿Tienes novio? ¿Sabes quién soy?
¡Alquilar películas en Bluckbuster!
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No había pijama party en la que el alquiler de películas no estuviera incluido, y era genial asistir al local a buscar esas cintas que morías por ver y que debías esperar meses para disfrutar.
Descargar música en LimeWire
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Esa emoción de pasar horas bajando música de LimeWire, y la decepción que sentías al bajar una canción y darte cuenta que era una nada que ver a la que estabas buscando.
Tomar una foto y esperar a que fuera revelada para el resultado
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No habían celulares con cámara, tenías que tomar las fotos, y esperar a que tus padres te dieran dinero para revelar el rollo; entonces, descubrías qué tan bien o mal habías salido.