No hay nada más delicioso que comer a cada momento, y estos son algunos problemas con los que las personas que siempre tienen hambre se pueden identificar por completo, seguro ya pensaste en ese amigo que nunca deja de comer.
1. Cuando ves a alguien comiendo algo delicioso y tu no tienes nada
Siempre ocurre, resulta que ya terminaste toda tu comida y aún es muy temprano en la oficina; entonces, sin avisar, aparece ese amigo que puede contenerse las ganas de comer a cada momento y te presume sin intención ese pastelito de chocolate que guardó toda la tarde para poder disfrutar.
Los celos te invaden en ese momento y solo deseas golpearlo y robarte su comida; o como otro tipo de venganza, que al menos se le caiga al piso así no podrá seguir disfrutando en tus narices.
2. Cuando vas al supermercado las decisiones son difíciles
Ir al supermercado es una alegría inmensa para ti. Imaginar todos esos corredores llenos de comida deliciosa (nada saludable) y decidir que incluir en tus compras se vuelve una tarea muy difícil; más aún, cuando tienes la capacidad de imaginar cómo te servirás cada uno de los alimentos que están en exposición.
Una variedad de chips, dulces, galletas, jamones, quesos, gaseosas y demás.
3. Regresar a casa de una fiesta y asaltar la cocina
No hay nada más satisfactorio que regresar de una gran fiesta en la madrugada, y sin importar tu estado, hacer una parada rápida en la cocina para robarte todas las sobras de los días anteriores y comer algunas cosas más, la fiesta te quitó muchas energías, necesitas reponerlas.
Nada mejor que las comidas after party.
4. Esta es tu visión del infierno
No puede haber nada que te enoje más, que llegar a casa, caminar a la cocina, abrir el refrigerador y...
¡Está vacío!
Esta es sin duda alguna la definición de infierno para aquellos que aman la comida y nunca dejan de comer.
5. Te enojas cuando te critican...
Siempre estarán esas chicas o chicos adictos al gimnasio que cuentan las calorías y tienen tiempos estipulados de comida, a esas personas las detestas. Y no porque sean saludables, sino porque siempre te critican, y nunca faltan los comentarios de:
¿Vas a comer otra vez? ¡Pareces un pozo sin fondo! ¡Deberías comenzar a hacer dieta!
Odias a esas personas.
6. Si no comes por largos tiempos, puedes volverte un monstruo
Necesitas estar alimentando tu cuerpo constantemente, y no es que sea un capricho, tu te conoces. Sabes perfectamente que si dejas de comer algo por un largo período, te vas a convertir en un monstruo destructor y muy enojado, y nadie quiere que eso suceda.
Por eso, intentas mantener en tus escondites, algunos chocolates, galletas o algún entremés, para evitar molestar a los demás.
7. Eres el único que cuando organizan una fiesta pregunta: ¿Qué va a haber de comer?
Para muchos, en las fiestas no necesitas más que cerveza, y mucho alcohol, pero todos tus amigos saben que tu eres esa persona que al hacer los preparativos siempre pregunta qué va a haber de comer, para ti es imposible imaginar una fiesta que comience a las 7 p.m. y que no tenga comida; es más, sabes que es necesario para hacer una buena base.
No importa el alcohol, la música o los amigos, tu necesitas tener algo de comida para no aburrirte.
8. Cuando las personas quieren hablarte en la cena... y tu solo quieres comer
No es que no seas una persona sociable, simplemente deseas conservar tu espacio en un momento tan importante como el de comer. No soportas a la gente que habla, habla y habla durante la cena, porque no te permite concentrarte en lo importante, tu plato de comida.
Ya le has encontrado solución a esa situación, lo que debes hacer es ponerte en un estado inconsciente y comenzar a comer.
9. Si algo interrumpe tu comida te frustras...
No hay nada que te moleste más que la interrupción de tu sagrado alimento. No importa que sea el presidente, tu jefe, tu profesor o tu novio, si estás comiendo no deseas que nada ni nadie te distraiga, y si eso llega a suceder, te desesperas demasiado.
Por qué nadie comprende que estás disfrutando de algo importante.
10. No puedes irte a dormir sin haber comido algo
No importa que hayas comido hace pocas horas, tu cabeza no puede irse a dormir sin comer alguna botana primero; incluso, tienes en tu mesa de noche algunas municiones por si en medio de la madrugada te da un ataque importante de hambre.
Sea la hora que sea, tu debes de probar un bocado antes de irte a la cama.
11. ¡No te gusta compartir tu comida!
Nada puede ser peor que compartir un plato de comida con alguien. No es que seas egoísta, no es que seas una mala persona, simplemente no quieres que tu plato de comida tenga que ser dividido con alguien más, y detestas a esos amigos que comen poco y te preguntan si pueden compartir un plato contigo.
¡Claro que noooooo!