Las estatuas son fabricadas regularmente para honrar a una persona, conmemorar un acontecimiento histórico o simplemente para atemorizar y desconcertar a todo aquel que se atreva a mirarlas.
The Baby Fighter
Esta estatua se encuentra en Oslo, Noruega. Se inspiró en un extravagante deporte que aún es popular en la región escandinava.
Mouth-Ass Alien Vomit
Lamento informártelo, el nombre de arriba no es el título oficial de esta absurda pieza de arte; sin embargo, puedes estar seguro que no hay otro que pueda ser más preciso. Este parece sacado de una película de Guillermo del Toro.
Ten Courts of Hell
Esta escultura retrata a un diabólico oso polar que felizmente devora la pierna de una niña. ¿Quieres apreciarla en vivo? Sólo necesitas visitar un extravagante parque temático de Singapur en el que se retratan los diez niveles del infierno budista.
Crawling Lady Hare
En Inglaterra podrás apreciar esta diabólica figura de conejo híbrido con un ser humano torpe y tosco. Podría apostar a que espanta a todos los niños que pasan cerca.
The Split Man
Esta terrorífica estatua retrata a la víctima de un suicidio que sigue gritando incluso después de haber partido su rostro por completo y partido su laringe hasta la mitad.
Sculpture Park of Veijo Rönkkönen
¡JAJAJA! Esta es una versión de la muerte o parca alienígena; sin embargo, la diversión se acaba cuando te percatas de que en su boca hay dientes humanos reales.
Lady of the Lake
Los ciudadanos de la ciudad de Hamburgo, Alemania, viven con el temor de que un día la señora se levante del lago, ya sea completamente desnuda o con la piel pasa totalmente incrustada de percebes.
Day and Night
¿Eres uno de los sujetos asustadizos que no toleran ver fijamente a los ojos a esas escalofriantes muñecas victorianas antiguas? Bueno, si tu respuesta es sí, lo mejor es que no te acerques a la ciudad de Boston.
The Big Giving
Esta serie de estatuas celebran públicamente los fluidos corporales y su excreción. Sin duda esos tumores de lava le dan un poco de actitud.
Child Eater Fountain
En Suiza, al igual que en Noruega, parecen tener un extraño odio a los bebés. Lo mejor sería no visitar los países de la región escandinava si tienes hijos que aún no pueden correr por sus vidas.