La selección de Francia se proclamó campeona del mundo venciendo en la final a Croacia por 4-2 en el estadio Luzhinikí de Moscú en un partido intenso, con goles, polémica y buen juego. La selección croata sucumbió ante los franceses que fueron letales de cara a portería. Aprovecharon sus llegadas al máximo y acabaron goleando. Teniendo en su artillero Antoine Griezmann su principal figura Croacia mandó con claridad pero Francia se las arreglo para sacar provecho a su juego y terminar alzando la copa del mundo.
El futbolista del Atlético volvió a aportar estadísticas personales. Griezmann, MVP de la final. El delantero francés cierra su participación en el mundial de futbol con el nombramiento de mejor jugador del partido, participando en los goles anotados por los “bleus” marcando el segundo gol de su equipo. El galo fue decisivo, la nueva campeona del mundo dejó destellos de su clase cuando el partido se abrió.
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Los croatas extenuados
Tuvo preponderancia que los croatas llegaban al encuentro decisivo extenuados, tras haber disputado tres prórrogas consecutivas y dos tandas de penales, sin embargo, no se amilano ante la juventud y fortaleza física de los franceses. Griezmann interpreto de manera adecuada las necesidades del juego en el que intervino oportunamente. De hecho tuvo participación en tres de los cuatro goles del combinado de Deschamps.
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El artillero de los galos fue factor decisivo
El primer tanto Griezmann forzó la falta de Brozovic que el mismo cobraría y que Mandzukic cabeceó a su propia portería. En el segundo, también fue Griezmann quien cobro el córner que golpeó en el brazo de Perisic que causo polémica y luego de ser revisada la jugada por el VAR el árbitro argentino Pestana declaró la pena máxima desde el punto penal. El delantero del Atlético lo cobro magistralmente para batir a Subasic. En el tercer gol, y después de que Mbappé, galopara en un contragolpe, Griezmann domino la esférica y dio un pase a Pogba que en dos tiempos introdujera la bola en la red.
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Griezmann, antes del juego consciente de que quizá podría estar en una nueva caída (como la del mundial pasado ante Alemania y en 2016 en la final de la Eurocopa ante Portugal), podía sentirse de lo más extraño ante semejante escenario, pero Deschamps ha mostrado un nuevo camino para conquistar el mundo con la estrategia y el contragolpe como estandarte sólo hacía falta la inteligencia y la sangre fría porque el fútbol en los botines y el corazón, ya lo tenía así guio a la selección francesa a su segundo título.