El nombre Kolinda Grabar-Kitarovi era poco conocido en el mundo hasta hace unas semanas. El Mundial de Fútbol funciona también como un club en el que se reúnen diversidad de líderes políticos: en los palcos rusos se han realizado negocios entre Putin y el príncipe saudí, ha sufrido el Rey Felipe y ha saltado a la fama la presidenta de Croacia debido a sus festejos cada vez que su equipo anota.

Grabar-Kitarovi, de 50 años, dirige el país croata desde enero de 2015. Se convirtió en la primera mujer en ese puesto y habla español con fluidez, además de inglés y portugués. En los últimos días se ha descubierto como una fanática apasionada de su selección, lejos de las reglas y formalidades que presiden en el palco en el que se encuentran los presidentes. Ha estado presente en los partidos desde la grada, entre toda la afición y vestida con la camiseta del equipo.