Ousmane Dembélé ha eclosionado esta temporada 2018-19 con el FC Barcelona, y su predisposición y confianza, unidas a la presión que le impone Malcom Filipe, han servido para sacar a relucir su mejor versión. Valverde cree en él.

Lejos parecen quedar ya los problemas de Ousmane Dembélé la pasada temporada. El jovencísimo futbolista francés aterrizó en el FC Barcelona tras rebelarse con el Borussia Dortmund, y a las primeras de cambio se lesionó por 4 meses. Volvió a lesionarse unas semanas después de empezar a jugar, y con el 4-4-2 de Valverde ya definido, apenas tuvo cabida en los partidos más importantes de la temporada.

Titular en los cuatro partidos oficiales que suma el Barça y autor de tres goles, Dembélé está empezando a asomar de verdad todo el potencial que llevó al Barça en verano de 2017 a hacer la segunda inversión más cara de su historia, al pagar al Dortmund 105 millones de euros fijos y otros 42 en variables.

De entrada, la primera razón parte de él mismo. Su primera temporada fue una sucesión de contrariedades desde el verano de 2017: se declaró en rebeldía en Dortmund, ya como culé se lesionó en septiembre para cuatro meses, al poco de reaparecer recayó varias semanas más y, para entonces, el entrenador Ernesto Valverde ya había asentado una táctica que le perjudicaba: el 4-4-2.

Este verano, sin embargo, todo cambió. El jugador se concienció tras un Mundial en el que apenas participó con Francia, pero que sirvió para aumentar su confianza tras marcharse campeón de Rusia. Redujo unos días de sus vacaciones para empezar a entrenarse antes con el Barça a las órdenes de Valverde, y eso sirvió para convencer al ‘Txingurri’.