El FC Barcelona está en labor de reforzar su actual plantilla, la sorprendente derrota en Champions League frente a la Roma de Italia ha dejado el corazón del club tocado, las posiciones a reforzar están claramente identificadas y se manejan diversos nombres de futbolistas élites para ellas, pero en el Barcelona lo tienen claro, la prioridad es: El fichaje de Griezmann.

En Noviembre del pasado año, todo estaba claro y acordado, el internacional francés se incorporaría a las filas del conjunto blaugrana a partir del 1ero de Julio de 2018, fecha en la que su cláusula de recisión de contrato baja de 200 millones de euros a 100. Tanta fue la seguridad del conjunto culé que reservó el número 7 de sus camisetas (a pesar de la incorporación de Coutinho) para el actual delantero del Atlético de Madrid.

La seguridad del cambio de aires también se veía reflejada del lado de Griezmann¸ quien consideraba que su etapa como rojiblanco había llegado a su fin y era hora de dar el salto a un equipo top mundial. Su representante negociaba con el Barcelona al mismo tiempo que se estudiaban distintos inmobiliarios para el cambio de residencia de Antoine.