Lionel Messi tenía 24 años y ya era considerado el mejor futbolista del mundo. Sin embargo, a Nicolás Burdisso poco y nada le importó el curriculum de su compañero. Y, acostumbrado a tener voz de mando, le marcó el terreno. Fue en la fría noche del 6 de julio del 2011, cuando la Selección empató sin goles frente a Colombia, por la Copa América de aquel año. Y se fue silbada por los hinchas.

Lo que sucedió después nunca quedó muy claro. «Son momentos de calentura. Está todo bien», fue lo más escuchado en los días siguientes. Pero el propio Burdisso, siete años más tarde, lo admitió. Y dio un dato que, casualidad o no, dejó mal parado a Messi.

Se encontraban en la final del primer tiempo del empate 0-0 entre la Selección y Colombia; Copa América 2011, en Argentina. Estadio de Colón de Santa Fe, fase de grupos, el combinado dirigido por Sergio Batista es superado por el adversario, su clasificación a cuartos de final corre riesgo serio.