La zona de confort es aquella en la que tomamos las decisiones más sencillas, y que a menudo provoca que no progresemos ni nos abramos a nuevos horizontes. Cuando uno se acomoda en su zona de confort, difícilmente puede ser feliz, ya que no se aprenden cosas nuevas, y nos conformamos con lo que ya tenemos.

De esta manera, se desaprovechan oportunidades y no se evoluciona en lo laboral ni en lo personal. Aquí van cinco consejos que cualquiera puede llevar a cabo para salir de ella, y que se pueden realizar únicamente con un poco de tesón y fuerza de voluntad.