Todo padre desea que sus hijos tengan éxito en la vida. Muchos de ellos hacen grandes sacrificios para brindarles una educación idónea que les entregue los conocimientos y las herramientas necesarias para triunfar en la vida, pero como bien sabemos, la educación más importante es la que se recibe en casa, y los valores y principios transmitidos, es tarea de los padres.
La gran mayoría de los padres tienen grandes inseguridades a la hora de educar a sus hijos. Existen algunas faltas comunes que muchos padres cometen y que pueden causar que sus hijos no estén bien preparados para enfrentar los desafíos de la vida con éxito. Si eres un padre primerizo, de seguro estos consejos te serán de mucha utilidad.
No apliques los castigos irreales
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Los castigos imposibles de cumplir son algo a lo que los padres recurren muy a menudo, muchas veces inconscientemente. Cuando los padres están enfadados con sus hijos solo piensan en ponerle un castigo proporcionado a los hechos, sin embargo, muchas veces se acaban imponiendo castigos desproporcionados que, por ser castigos irreales, no se cumplen.
No es recomendable gritar
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Los gritos no funcionan. En ese momento, el niño se olvida de lo que les estás diciendo y, aunque interrumpa un mal comportamiento, lo hará por el miedo o el bloqueo que le han provocado los gritos y no porque haya comprendido el mensaje. Además, gritar suele ser una técnica que, con el tiempo, va perdiendo su efecto en los niños.
Dile adiós al exceso de negatividad
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Utilizar la palabra "no" de manera frecuente puede producir en el niño el efecto contrario. Esto provocará que tras repetidas veces, el niño ya no escuche y cuando se le diga esta palabra, no reaccione. Esto no quiere decir que no haya que decirle lo que está bien y lo que está mal sino que no se debe utilizar un simple y repetitivo no, si no argumentos que le hagan entender, y lo que es más importante, recordar, por qué no debe hacer eso.
Es importante que conozcas a tu hijo
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La disciplina es diferente para cada niño. Lo que funciona con uno no tiene por qué funcionar con el otro. Aunque uno obedezca con cierta técnica y otro no, los padres no deben pensar que es culpa de su hijo, que no quiere obedecer. En cambio, lo correcto será enseñar al niño de otra manera lo correcto y lo incorrecto de su comportamiento. Lo más importante es conocer cuáles son sus limitaciones, sus puntos fuertes y sus puntos débiles, y en función de eso, actuar.
No compares entre hermanos
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Todos los padres saben que cada hijo es diferente. Sin embargo, a la hora de educarlos no siempre los tratan de forma diferente. Lo habitual es lo contrario, que se esfuercen en tratarlos por igual y que, a menudo, los comparen. Pero, advierten los expertos, cada hijo requiere una educación distinta, un trato individualizado y que le dediquen un tiempo a solas, entre otras razones para poder conocerlo y saber cómo hay que tratarlo.
El amor es lo más importante
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Dar amor no es dar regalos, dar amor es dar tiempo, ser empáticos, es estar para ellos, ser leales, valorarlos, aceptarlos, orientarlos, hacerlos responsables, comprometidos, educarlos con los valores.