Tess Thompson Talley afirmó que se trataba de un sueño de toda su vida y que fue respuesta a sus oraciones.
La jirafa es un mamífero herbívoro, originario del continente africano y que destaca de manera especial por su altitud. De hecho, se trata del animal más alto del planeta de promedio, el macho adulto mide entre 4’80 y 5’50 metros, siendo las hembras un poco más pequeñas, aunque algunos ejemplares han llegado a alcanzar los 6 metros de altitud.
Se retractó del calificativo de “raro” que acompañaba su publicación inicial y dijo que se refería solo a la pinta de la jirafa muerta de sus fotos: “La raza no es rara de ninguna otra manera que no sea por muy vieja. Las jirafas se vuelven más oscuras con la edad”, aseguró. Otro argumento fue que el mamífero en cuestión, con una edad de 18 años, ya no podía procrear.
Los colores de la jirafa van oscureciendo a medida que transcurren los años, y ciertamente concuerda con los que dijo Talley, pero cabe comentar que el diseño de su pelaje hace que cada ejemplar sea único, ya que no existen dos jirafas iguales.
Las hembras están listas para aparearse cerca de los 4 años de edad. Los machos degustarán sus orinas para identificar el momento, ahí se encuentran unas hormonas que indican cuándo están en celo. Los rituales de cortejo implican el roce de los cuellos.
Ante la reciente ola de críticas y desaprobación, la cazadora mandó un mensaje de explicaciones a un buzón de correo electrónico de Fox News. Según recoge el canal, allí explicó que el animal eliminado pertenecía a una subespecie en expansión y que su creciente población ha sido posible gracias a “los cazadores y los esfuerzos de conservación pagados en gran parte por la caza mayor”. La caza que le dio tan controvertida fama tuvo lugar en las sabanas de Sudáfrica el año pasado y fue totalmente legal.
Dato curioso: En cautiverio son una gran atracción para los visitantes. Sin embargo, en la naturaleza son una amenaza para todo el rebaño, ya que atraerá a más depredadores al grupo de lo normal.
En la repercusión social que recibe el caso de la jirafa, la mujer sigue los pasos del dentista estadounidense Walter Palmer, que mató y decapitó en 2015 al león más conocido de África, conocido como Cecil.