Muchos admiran y respetan al gran genio que revolucionó la tecnología, el fundador de “Apple” no es lo que aparentó ser, su hija por fin ha contado toda la verdad.
La mayoría casi siempre admiramos a grandes empresarios únicamente por su gran éxito, sin saber el oscuro secreto que llevan por dentro, Steve Jobs fue un gran empresario que cruelmente maltrató a su hija por años.
Un pasado oscuro, así lo vivió Lisa, hija del fundador de la reconocida marca “Apple”.
Lisa Brennan Jobs contó todo acerca de su terrible niñez, en uno de sus relatos confesó que su progenitor la obligó a ver un acto sexual con su madrastra, aún así la joven también comentó haber perdonado al ser que le dio la vida.
La joven Lisa Jobs, valientemente dio detalles de la cruel experiencia que vivió durante gran parte de su vida a manos del emprendedor.
Todo se reveló tras el lanzamiento de su nuevo libro nombrado “Small Fry”, fue allí cuando se supo que a la lista de tan solo nueve años su padre la obligaba a presenciar escenas sexuales con su madrastra.
La autora reveló que el fundador de Apple no mostró alguna intención sexual con ella, aunque en distintas situaciones sociales dijo que era una persona inútil.
Cabe destacar que en distintos escenarios en “Small Fry” se conoce el lado tenebroso del hombre que demostró ser un genio de la tecnología, aunque también en otras líneas se muestran pasajes de agrado entre Lisa y su padre Steve.
Desde que nació, Jobs le negó la paternidad a su primogénita, quien fue fruto del amor cuando tenía una relación con Chrisann Brennan, eran muy jóvenes para ese entonces, Steve apenas tenía 23 años de edad. Fue hasta los siete años de la pequeña que lo obligaron a hacerse responsable de su hija, pues en el tiempo que había pasado, el empresario no le había pagado ninguna manutención, ni alimentos ni para sus estudios. Los vecinos ayudaban a Chrisann a pagar esos gastos que tanto necesitaban. En sus tristes escrituras resaltó que su papá “nunca estuvo pendiente, sensible ni vivaz”.
Steve Jobs se encontraba moribundo cuando hirió una vez más los sentimientos de su hija diciéndole que apestaba a “retrete, porque su perfume ya había caducado”. Más adelante la sorprendió al pedirle perdón por no haber pasado más tiempo a su lado, por desconocer la fecha de su cumpleaños y por no llamarla cuando ella le dejaba algún mensaje.
No obstante la escritora de Small Fry aseguró haberlo perdonado y desea que todos aquellos que lean el libro también lo hagan.