Uno de los estadios que servirá de sede a los partidos del Mundial Rusia 2018, tiene una cruenta historia en su historia desde que fue construido. El Luzhnikí será la sede de los partidos más importantes, incluidos el inaugural y el del final del torneo que se disputará el próximo 15 de julio.

La asombrosa edificación tiene 61 años de haber sido levantada. Un frío miércoles, el 20 de octubre de 1982, en un juego de la desaparecida Copa de la UEFA entre el Spartak de Moscú y el HFC Haarlem de Holanda una terrible tragedia silenció la ciudad.

Aquel día fue marcado por una inusual temperatura de 10 grados centígrados, el Spartak anotó el primer gol en el minuto 16 y mantuvo la ventaja hasta casi el final del encuentro. Pero entonces, minutos antes de que finalizara el partido, los aficionados abandonaban el estadio, desplazándose hasta las salidas, cuando el delantero Sergei Shvetsov marcó nuevamente para aumentar la ventaja y excitar aún más a los fanáticos, lo que provocó un embotellamiento en una de las salidas del estadio entre quienes buscaban dejar el estadio y los que querían regresar para unirse a la celebración. El tumulto causó una avalancha humana que le quitó la vida a por lo menos 66 personas, según indicó una investigación del diario The Guardian años más tarde.