Marisa Vicario, la madre de Arantxa Sánchez Vicario, no ha podido contener sus lágrimas este pasado domingo. Los motivos de sus lágrimas han sido por la ruda situación que pasa su hija, además, que se le une a esto la soledad que ha sentido en el cumplimiento del segundo año de la muerte de su esposo, Emilio Sánchez.
Marisa ha enfrentado sola la misa oficiada en memoria de su marido Emilio Sánchez, quien, con 83 años de edad falleció el 26 de febrero del 2016. En dicha misa, el sacerdote ha resaltado lo importante del hecho que los padres estén unidos a sus hijos frente a cualquier circunstancia, y que los hijos estén unidos a sus padres prestándoles apoyo igualmente.
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Ahora, cuando se cumple el segundo aniversario del Sr Emilio, padre de los 2 tenistas más renombrados en la década de los 90, sale a relucir todos los momentos rudos por los que atraviesa la familia Sánchez Vicario. Primero, se habla del dificultoso divorcio entre Arantxa y Josep Santacana. Y de segundo, se habla de la millonaria deuda que tiene la tenista con el Banco de Luxemburgo (7,5 millones de euros).
Es por esto, que Marisa Vicario no ha podido contener sus lágrimas cuando se ha pronunciado para hablar respecto a la ruda situación por la que atraviesa su familia, en especial su hija. Expresa también que en este momento se han acercado más que nunca como madre e hija, y que lo que le da un poco de aliento es pensar en sus nietos Leo y Arantxa, quienes espera que se mantengan a custodia de su hija luego del divorcio.