La actriz conocida por ser la protagonista de la “saga: divergente”, Shailene Woodley empezó en la actuación desde muy joven, con 19 años hizo de la rebelde hija adolescente de George Clooney en Los descendientes y desde entonces no ha parado de trabajar, luego participo en el drama Bajo la misma estrella, coincidió con otro actor Ansel Elgort, y conmovió a la crítica y público con su interpretación de una joven enferma de cáncer.
Luego de esto llego la oportunidad de participar en la saga Divergente en el papel de la fugitiva Tris. Fue una época de mucho trabajo y exposición mediática que no hizo más feliz a esta actriz de 26 años que huye siempre que puede de los focos. La tercera y última película de esta franquicia distópica, titulada La serie Divergente: Leal, fue un auténtico fracaso de taquilla y casi hizo que Shailene abandonara el mundo de la actuación.
Así lo ha declarado en una entrevista para la publicación Net-A-Porter, en la que se ha sincerado sobre un rodaje que fue muy difícil para todos los que participaron en ella y que le cambió de por vida. “La última fue un poco difícil para todos, y eso fue lo que me hizo pensar que necesitaba vivir algunas experiencias humanas fuera de esta industria y volver a enamorarme de la profesión de actuar, “Big Little Lies, hizo eso por mí”, sostiene. “Hubo un momento en mi vida, antes de ‘Big Little Lies’, donde me había chocado contra un muro en lo que a actuar se refería”, continúa hablando sobre cómo se sintió tras terminar con la saga juvenil‘Divergente’.
“Sentí que era hora de hacer algo diferente. Llamé a mis agentes y les dije ‘por favor, no me enviéis más guiones, necesito explorar otras vías’. Me respetaron y no me enviaron nada durante casi un año, hasta que llegó Big Little Lies”.
Ese proyecto no solo acabó por reportarle unas de las mejores críticas de su trayectoria y un nuevo empujón profesional; lo más importante para ella es que le ha dado la oportunidad de colaborar con un equipo principalmente femenino entre cuyos miembros se han establecido unos lazos de “hermandad” de por vida.
