Si has cambiado de barrio, de seguro recordarás la terrible sensación de dejar lo que conoces atrás. ¿Te atreverías a abandonar todo para irte a vivir en un árbol? Ésa fue la decisión de Julia para salvar una secuoya milenaria
Sus comienzos

Julia “Butterfly” Hill se internaba en los bosques de su ciudad para conectarse con la naturaleza cuando descubrió que esos árboles que habían tardado mil años en alcanzar su imponencia serían mutilados dentro de poco por la compañía Pacific Lumber.

Desde pequeña estaba acostumbrada a estas caminatas con sus padres, lo que desencadenó su amor por la naturaleza. Es más, el “Butterfly” que acompaña su nombre proviene de una mariposa que se posó en su hombro durante una caminata.
La llegada a Luna

Esta mariposa de familia humilde y aventurera no quería quedarse quieta mientras esa sabiduría milenaria era arrasada. En “El legado de Luna” Julia nos relata: “Contacté con la asociación Earth First, que hacía sentadas en los árboles para impedir su tala (…)”

Dentro de todos los árboles de este bosque en la ciudad de Stanford, en California, había una secuoya que sobresalía por su gran tamaño y edad. Aún Julia no sospechaba la aventura que comenzarían juntas.