Nada menos que 15 años lleva la familia Zapp recorriendo el mundo a bordo de un viejo vehículo de 1928. La aventura comenzó con una pareja de recién casados argentinos y desde entonces otros cuatro miembros, nacidos en diferentes lugares del globo, se han añadido al grupo y permanecen todos unidos, persiguiendo su sueño de recorrer todo el mundo.
Herman y Candelaria, una pareja aventurera
Herman Zapp y Candelaria Chovet es el nombre de esta pareja que, apenas contraer matrimonio, decidieron dar rienda suelta a sus sueños de recorrer el planeta.
Herman, natural de California, y la argentina Candelaria dejaron atrás sus trabajos y su vivienda en la localidad de Los Cardales para mirar solo hacia delante, a bordo de un coche destartalado.
Un viaje de 6 meses que se alargó hasta lo imprevisible
El 25 de enero de 2000, Herman y Candelaria partieron desde el Obelisco de Buenos Aires, con un plan inicial de recorrer un trayecto de seis meses de duración entre Argentina y Alaska.
La realidad es que, al término de ese plazo, no volverían a su residencia, sino que siguieron su periplo que les llevaría hasta los confines del mundo en cuatro continentes y con ánimo de seguir recorriendo el planeta.
Un coche viejo y lento, para lograr un largo sueño
Para hacerlo más difícil todavía, los Zapp iniciaron su aventura en un Graham-Paige de 1928, que no podía pasar de 64 km/hora, al que bautizaron “Macondo Cambalache”, en honor a García Márquez y los tangos.
Sobreviviendo a todas las averías, “Macondo Cambalache” sigue siendo su compañero y el hogar familiar, incluyendo un pequeño mueble de cocina, un baño químico, un techo rígido para dormir y un viejo baúl para la ropa.
Una familia que se triplicó durante el camino
Herman y Candelaria decidieron no continuar solos durante su travesía indefinida y aumentaron la familia, con cuatro pequeños viajeros que les acompañan desde entonces.
El primero en nacer fue Pampa, de camino hacia Alaska; Tehue vio la luz en Capilla del Señor (Argentina), viajando hacia el sur del continente; Paloma, la única niña, se unió al grupo mientras cruzaban Canadá, en la isla de Vancouver; Wallaby, el más pequeño del grupo, nació en Sidney, cuando ya se encontraban en Australia.
Un recorrido que incluye todos los continentes
Cuatro continentes ya han conocido a la familia Zapp desde que comenzaron su recorrido desde Argentina hasta Alaska, pasando por Estados Unidos y Canadá. Después llegaron Oceanía, Asia y África y comienzan la aventura europea.
Durante estos 15 años de travesía ininterrumpida ya han podido visitar más de un centenar de países repartidos por los cuatro continentes que hasta el momento han pisado y recorrido a bordo de su viejo vehículo, haciendo más de 250.000 kilómetros.
Una vida distinta y un peculiar sistema de educación
El estilo de vida de los miembros de la familia Zapp es distinto al de la mayoría de las restantes familias. Para la educación de los niños, siguen el programa formativo a distancia del Ministerio de Educación de Argentina, siendo su madre su maestra en la práctica.
Sin embargo, la familia aventurera considera que la mejor educación es la que los viajeros aprenden con los propios sentidos. Biología, historia y geografía vista con sus propios ojos e idiomas hablados por los habitantes de cada país.
Perseguir un sueño por todos los caminos del planeta
Los Zapp son todo un ejemplo de cómo los sueños pueden cumplirse, por muy descabellados que pudieran parecer, sin abandonar la aspiración de tener una familia.
La familia ha conseguido derrotar a la rutina haciendo de cada día una aventura y conociendo cada día nuevas personas y lugares, sin parar de cumplir a diario su sueño: pasear por el mundo.
Una historia real y de libro
Sus primeras andanzas, el viaje desde Argentina hasta Alaska, encontró reflejo en su primer libro, “Atrapa tu sueño”, que ya ha vendido más de 50.000 ejemplares y va por las 11 ediciones, convirtiéndose en su principal fuente de ingresos para continuar el viaje.
La experiencia de los Zapp no ha pasado desapercibida a los medios y son innumerables las entrevistas que les han podido hacer por todo el mundo. Ahora, piensan en un nuevo libro que ayude a sus lectores a perseguir su propio sueño.
Viajar con muy poco dinero (o con nada)
El viejo coche se llevó 4.000 de los 8.000 dólares que conformaban su presupuesto inicial. Sin embargo, descubrieron que cuando no se viaja por turismo son pocos los gastos superfluos.
Cuando terminaron los ahorros, los Zapp no se plantearon rendirse. Empezaron a fabricar y vender artesanías, a dibujar acuarelas y a sobrevivir haciendo trabajos, con tal de seguir con su sueño.
Un blog en el que todos puedan seguir este sueño
Los Zapp dejan constancia casi diaria de su aventura a través de su propio blog, argentinaalaska.com, con entradas en las que cuentan sus aventuras y hacen partícipes a sus visitantes de sus impresiones y descubrimientos.
Allí recogen múltiples comentarios de admiración y apoyo, demostrando que la aventura iniciada por esta peculiar familia de viajeros representa un verdadero cuento de hadas, un sueño que quizás muchos compartiéramos, pero solo ellos se han atrevido a llevar a cabo.