Después del escándalo mediático desatado por la tenista Arantxa Sánchez Vicario a raíz de su divorcio de Josep Santacana, el cual se ha convertido en un trámite poco amable y sumamente complicado, Josep ha realizado todos los esfuerzos que están a su alcance para seguir una vida normal, aunque un poco más delgado y muy dolido por las dificultades que tiene para compartir, aunque sea un poco de tiempo, con sus dos hijos.
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Sin embargo, la guerra legal que sostiene Josep con la “madre de sus dos hijos”, continuará mínimo hasta el día 16 de abril que es la fecha fijada por el juzgado de Miami para que Josep devuelva el pasaporte de sus dos menores a la madre, ya que el abogado de Santacana solicito confiscación de dichos pasaportes para evitar que la Arantxa se fuera de nuevo de viaje con sus hijos, como lo hizo en los inicios del mes de diciembre, dejando a Josep desolado y convertido en un “padre desesperado”.
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En cualquiera de los casos, no existen bienes que reclamar porque tanto Josep como Arantxa firmaron capitulaciones “que de ser respetadas” les permiten a ambos conservar sus activos porque sus capitales estuvieron separados desde antes del matrimonio. Mientras Sánchez se dedicó a resolver la disputa legal en los juzgados de Miami, Santacana hace lo propio en Esplugues de Lobregrat (Barcelona), en donde los abogados dedicados a defender a Josep están realizando todos los trámites necesarios para lograr que el divorcio deseado por ambas partes se resuelva en Barcelona, lugar donde se estableció inicialmente la pareja después de contraer matrimonio.