La Cantora es la finca de Medina Sidonia, cuya extensión es de más de mil metros cuadrados y se ha constituido en el lugar donde habita Isabel Pantoja, quien requiere de un numeroso personal doméstico para poder atender su inmensidad. No obstante, el trabajo realizado por los empleados se caracteriza por tener un duro ritmo, que lo hace muy pesado, porque según una antigua domestica de nombre Pepi Valladares “no se respetaban los horarios. En el caso de las que éramos internas, ni siguiera nuestras horas de descanso”.

Valladares debido a que trabajó varios años en La Cantora, conoció a “las dos mujeres que recientemente han dicho adiós a la hacienda y manifiesta que eran chicas extraordinarias”. También, asegura que el último Rocío de Isabel, por ser una fecha tan importante para la jefa generó muchísimo trabajo, algo que extendía sus horarios de labores e incluso afectaba el tiempo que debe dedicar toda persona a cubrir sus necesidades de sueño y recreación, aun cuando siempre fueron fielmente canceladas las horas extras de trabajo.

De esta forma, pareciera que si no es por el exceso de trabajo es el horario cambiante lo que llevó a las trabajadoras, antes mencionadas, a retirarse de la hacienda, pero la situación real es difícil de conocer, porque la tonadillera “ha hecho firmar un acuerdo de confidencialidad” que de ser violado por cualquiera de los trabajadores o extrabajadores de La Cantora podría generar perjuicios que hacen “temer las consecuencias que puedan traerles el contar su experiencia en casa de la cancionista más famosa de nuestro país”.