Pablo López, antes de iniciar su carrera musical incursionó en un negocio dedicado al expendio de bebidas alcohólicas en sociedad con su hermano el cual “resultó todo un gran fiasco para ambos” ya que lejos de producirles beneficios económicos, generó un sinnúmero de deudas que exigieron de la ejecución de muchos esfuerzos para poder ser canceladas.

No obstante, Mónica Gil Manzano de acuerdo con lo expresado por Luís López, hermano de Pablo, no tuvo ninguna relación con sus mermas ya que según Luís “es cierto que quisimos montar un bar, pero ella (Mónica Gil) no tiene nada que ver con nuestras perdidas. También es cierto que la conozco por gente en común, no es que sea mi amiga, pero a mí no me ha estafado”.  Por lo tanto, las dificultades que tuvieron los hermanos López con el bar que decidieron montar y quebró, no se encuentra relacionadas con las diferentes estafas realizadas por la susodicha.

En este sentido, para nadie es un secreto que Mónica Gil, ha entrado en prisión debido a que se comprobó que se ha desempeñado como estafadora de famosos, ya que después de presentarse como “gestora de fondos de futbolistas y vendiendo casas en las mejores zonas de la capital con descuentos de hasta el 70%”, el Juez de Plaza Castilla colocó un pare definitivo a sus fechorías al enviarla a la cárcel sin fianza por habérsele comprobado delitos vinculados a la estafa.

También, es conocido que son innumerables las personas pertenecientes al mundo de la fama que por cometer el error de confiar en Mónica Gil se convirtieron en victimas de sus estafas. Prueba de ello, se encuentra en la primera denuncia realizada por el ex jugador del Atlético de Madrid, Mario Pernía de “unas prácticas que le parecieron fuera de toda normalidad” las cuales fueron realizadas por la susodicha al aplicar el modus operandi que caracterizaba a los servicios que proporcionaba.