Al inicio la decoración e iluminación de “La Monja” son satisfactorias, precipitadamente forman unos capítulos impactantes que engañan. Poco después, recapacitas sobre que podrás hacer en 97 minutos, mientras los actores Demian Bichir, Taissa Farmiga y Jonas Bloquet caminan pausadamente por un templo de cartón.
Siendo el año 1952, cuando el vaticano recomienda a su mejor caza-demonios, en este caso al padre Burke, para que investigue el fallecimiento de una religiosa ocurrido en un convento rumano. En este episodio, le acompaña una novicia llamada “Irene” quien está a punto de recibir los votos.
En el convento, se encuentran con un hombre del pueblo, quien fue la persona que descubrió el cadáver y juntos deciden indagar sobre este crimen, siguiendo las directrices de un director que no tiene una idea clara de lo que hace.
La idea de este filme sin duda alguna, era el demonio de la película. Obviamente que los creadores deseaban explotar más sus exclusivas y mantenerla en la mente del público, pero el guionista Gary Dauberman no emite explicaciones de los personajes y mucho menos del villano, solo se limita a comentar, estos son buenos y batallan contra los malos, agregando muchas placas de películas de terror de los años 50.
Por otra parte, el director de cine Corin Hardy consigue algunos momentos de su leyenda y unas pocas buenas tomas de la película, sin embargo, la mayoría de esas imágenes parecen copias de antiguas películas de cazadores de vampiros.
Para consolar, añade algo de temor en los capítulos, pero como no existe un objetivo de los terrores o el monstruo, finalizan siendo repetitivos.
En cuanto a la iluminación, la dirección de arte combinó los elementos más antiguos de las películas de la hammer, que posee una decoración que puede observarse en algunos bares actuales, lo cual genera un extraño resultado hipster. Dejando muy evidente, que la escenografía utilizada fue prestada y por ende contaban con muy poco presupuesto para la realización de la película.
En consecuencia, los actores Bichir y Fatiga realizan todo lo que pueden, pero ni el argumento ni los personajes poseen el espacio suficiente para poder trabajar. Por el contrario, Bloquet roba más de una vez cámara, pues en películas anteriores tenía más libertad para actuar.
Es lamentable que esta saga, no esté en manos del actor de películas Jason Blum y su directora, quienes has demostrado por largo tiempo, el esmero que le ponen a las películas de terror, encontrando con su dedicación que sean muy beneficiosas.