Meghan Markle siempre se ha caracterizado por lucir vestimentas muy adecuadas y a la moda y aunque este fin de semana no  fue la excepción sufrió un pequeño accidente. La duquesa mostró un poco más de la cuenta y es que el viento no jugó a su favor este día.

El pasado sábado 04 de agosto Meghan Markle, Duquesa de Sussex, celebraba con mucho gozo su cumpleaños en el que le tocaba soplar sus 37 velitas y a esta celebración se le unió otra mas, el matrimonio de uno de los mejores y más íntimos amigos de la infancia de su esposo, Charlie van Straubenzee,​​​ llevado a cabo en el extravagante club de Mónaco.

La duquesa se dejó ver radiante con un vestido negro con hermosos detalles en colores negros, blancos y rosados en la parte posterior, con sombrero, tacones y cartera de mano del mismo color y todo ello acompañado de un cinturón de cuero.

Todo iba de maravilla hasta que, en un descuido Meghan Markle, mientras se dirigía a saludar a los medios, no se percató que el primer botón de su vestido estaba sin abrochar, dejando ver su ropa interior, error por el cual fue fuertemente juzgada. Como nuevo miembro de la realeza pasó por uno de los momentos más incómodos. Se sitió en el ojo crítico de la mayoría, llegando a tal punto que algunos usuarios de las redes la destruyeron diciendo que fue un acto en pro de llamar la atención.

Sin embargo, Meghan Markle, a pesar de este percance, no permitió que se arruinara la velada. La disfrutó con los novios y con su amado esposo, el cual sirvió como padrino de la boda, uno de los papeles más importantes en el evento en donde su amigo daba el sí quiero a Daisy Jenks rodeado de sus familiares y amigos.