Durante la demolición de una casa en la localidad de Pont-Aven, en el oeste de Francia, un grupo de obreros ha dado con un tesoro de manera casual y para sorpresa de todos, al intentar destruir un mueble dentro de la vivienda abandonada.

Sobre el sorprendente hallazgo, se sabe que los trabajadores encontraron en uno de los suelos del inmueble, que estaban a punto de derruir, un recipiente de plomo con forma de cañón, la cual, confundieron con una antigua bomba de la Segunda Guerra sin estallar. Al moverlo se percataron que algo contenía.

«Lo sacudieron y oyeron un ruido de monedas», explicó sonriente Laurent Le Bihan, co-gerente de la empresa Bat-isol, en la ciudad de Quimperlé, confirmando una información del diario ‘Ouest-France’.

En el interior del misterioso artefacto, los operarios encontraron 600 monedas de oro belga, fechadas en 1870, con el rostro del rey Leopoldo II y cuyo valor en el mercado actual podría superar los 100.000 euros.