Jackie Chan es una de las estrellas de cine más simpáticas y queridas por los fans. Es recordado por personajes cómicos y entrañables, como: Chog Wan en Shanghai Noon (2000) y Shanghai Kinghts (2003), el Inspector Lee en Rush Hour (1999 – 2001- 2007) o el Señor Han en The Karate Kid (2010). Pero su vida privada no ha sido un dechado de rosas. Ahora, a sus 64 años ha decidido revelar al mundo su lado más oscuro.
Chan está por publicar su autobiografía en un libro titulado Never Grow Up (Nunca crecer). En las que prometen ser unas polémicas memorias, Chan admite el uso y abuso del alcohol, el juego y la prostitución.
Se han podido conocer algunos detalles del libro que pronto estará a disposición del público y, al parecer, no será apto para todo público. Jackie, haciendo una revisión en retrospectiva de su vida, asegura que: «He sido un idiota total».
El actor chino confiesa como llevaba una vida de descontrol y vicio. Recuerda cómo se paseaba con extravagantes joyas, dormía con prostitutas y estaba borracho casi constantemente. Incluso llegó a estrellar en un mismo día un Porsche y un Mercedes Benz.
El actor y director es considerado unos de los mejores pagados del mundo. Su fortuna se estima en más de 350 millones de dólares estadounidenses. Pero en sus comienzos tuvo que trabajar como doble de riesgo para poder subsistir. «Trabajando como doble, todos sabíamos que si algo salía malo no volveríamos a ver el sol. Adquirimos una mentalidad al corto plazo, lo que significa gastar de forma imprudente el dinero», escribe Chan.
Quizá el episodio más triste y truculento que se ha conocido del libro es uno que tuvo que ver con su hijo Jaycee, siendo bebé. Jackie, durante una violenta discusión con su mujer, lanzó al infante de un lado al otro de la habituación. El pequeñito tuvo la gran suerte de caer en un sofá y no sufrió lesión alguna.
Chan confiesa además que nunca aprendió a leer ni escribir, pues todo el tiempo lo pasaba practicando artes marciales junto a su padre. Tampoco aprendió matemáticas. De hecho, aún no sabe nada al respecto. Esto lo «llena de vergüenza», afirma en las memorias. Aún hoy, el actor oriundo de Hong Kong sigue sin firmar en sus tarjetas de crédito debido a que apenas sabe escribir.
La revista sobre reseñas de libros Kirkus Reviews señala “Aquí hay un montón de bondad, pero Chan también revela un lado conmovedor y poderoso, uno con el que no querrías meterte.”