Consejos para lograr relaciones positivas con los demás

La vida es muy corta para perderla con personas que te roban tu paz y que absorben tus buenos pensamientos, rodéate de personas entusiastas y que te ayuden a ser mejor persona. Las relaciones interpersonales deben de nutrirte como persona, no desgastarte; elige amistades que te hagan sentir bien y que llenen tu día de alegría.

En muchas ocasiones nos aferramos a personas que no quieren estar a nuestro lado, a menos de que puedan sacar un beneficio de nuestra compañía. Aléjate de las personas que te buscan solamente cuando necesitan algo, si alguien se aleja de ti por una u otra razón lo más sano es dejarlo ir. No trates de retener a nadie a tu lado, si ya no está es porque su participación en tu vida ya ha concluido.

Aprende a alegrarte por los triunfos de los demás, aprecia los buenos momentos de los que te rodean y comparte sus alegrías. Recuerda que todo en esta vida se devuelve en un momento determinado, procura crear buenas relaciones con los demás para recibir cosas buenas en la vida.

Una forma de aceptar completamente a los demás es aceptando que tú no eres perfecto, aprende a enfocarte en las cosas positivas y deja de lado lo negativo. En la mayoría de los casos es casi imposible cambiar a los demás, aprende a respetar la diversidad y solo si sientes que puedes aportar una opinión constructiva no dudes en darla.

Para olvidar los rencores no es necesario borrar completamente los recuerdos, perdonar significa dejar ir el odio y el resentimiento y aprender de la situación. Guardar rencor en nuestro corazón sólo nos daña a nosotros mismos, estos sentimientos no nos permiten seguir adelante y nos mantienen atados a un dolor que nos lastima.

Los pequeños detalles son los que más recuerdan los demás, no tienes que regalar algo caro o algo extravagante. En muchas ocasiones una sonrisa o abrirle la puerta a alguien puede mejorar el día de esa persona, en muchas ocasiones estamos tan acostumbrados a la monotonía que olvidamos lo importante de los gestos pequeños.

La amistad no se mide en base al tiempo que pasamos con la otra persona, no importa cuánto tiempo tenemos de conocer a alguien si no existe lealtad no hay nada. Muchas personas no se enfocan en esta área mientras están desarrollando una relación con alguien, recuerda que las verdaderas amistad tienen como pilar la lealtad y la comunicación sincera.

La perfección es un estado que el ser humano jamás llegará a alcanzar, aprende a aceptar y a querer tus imperfecciones. Pasa más tiempo con personas que te acepten como son, evita compartir tiempo con personas que te presionen a impresionarlos. Encuentra el valor de ser tú mismo y verás que los demás comenzarán a hacerlo también.

Una regla básica para tener buenas relaciones con los demás es preocuparse por los que te quieren, no ignores a los que muestran un interés real por tu bienestar. Mantén el contacto con las personas que te aporten cosas positivas, no porque te convenga sino porque su dedicación merece que hagas un esfuerzo extra por ellos.

No juegues con la frase “Te prometo que…”, las personas merecen sinceridad y honestidad de tu parte. Si vas a prometerle algo a alguien procura cumplir, no es correcto jugar con los sentimientos y con el corazón de las personas. Recuerda que cuando prometes algo estás creando un compromiso con la otra persona, evita defraudar a los que te rodean.

Nunca esperes recibir lo que tú no estás dispuesto a darles a los demás, comienza por ser tú el que sea amable y honesto con los demás para que sea recíproco. Si quieres amistades y relaciones sinceras tienes que hacer lo mismo, las relaciones pueden ser muy simples si siempre se es claro.

Una vez reconoces quienes son tus verdaderos amigos, sabes con quien contar a la hora del problema. En muchas ocasiones nos aferramos a gente que no trae nada positivo a nuestra vida y por miedo no las dejamos ir. Recuerda que los verdaderos amigos se cuentan con una mano, aprende la diferencia entre compañero de trabajo, compañero de estudio y amigo.

Deja que los demás cometan sus propios errores y que tomen sus propias decisiones, no critiques la vida de otro porque no sabes qué lo hizo llegar al lugar en el que se encuentra. Todos vivimos vidas distintas y cada uno decide qué camino tomar, si puedes aconsejar a alguien y que salga algo positivo hazlo, pero siempre de corazón buscando su bien.

Muchas personas cuentan sus problemas no para ser aconsejados sino que para ser escuchados y buscar así la respuesta a sus problemas en sus propias palabras. Aprende a escuchar cuando los demás se están expresando, nunca asumas los pensamientos de los demás ni tomes decisiones que no te competen.

Acostúmbrate a decir exactamente lo que sientes, comienza a comunicarte claramente con los demás para evitar cualquier tipo de problema. No asumas lo que otros piensan y no dejes que los demás asuman lo que tú sientes; evita a toda costa decir cosas por compromiso porque no sabes el impacto que pueden tener esas palabras para alguien más.

Parte de madurar es aprender a aceptar cuando estamos equivocados, no existe una persona que haga todo perfectamente. Aprende a sacar lo positivo de las relaciones y enfócate en enmendar todo aquello que pueda estar mal contigo, parte de la equivocación es el aprendizaje.

Así como tú no tienes que enfocarte en lo negativo de los demás, de la misma manera lo demás no tienen derecho a juzgar tus actividades y acciones. Concéntrate en hacer lo que te hace feliz, una vez no dañe a terceros, e ignora toda la crítica negativa que pueda destruirte.

Para tener una buena relación con los demás primero tienes que estar bien contigo mismo, en muchas ocasiones perdemos nuestra esencia en el proceso de amar a otro. No olvides que sentirte bien contigo mismo te permitirá que seas gentil y noble con los demás, si sientes que te hace falta algo no dudes en darte tiempo para pensar.