Hace unas semanas la salida de Rafinha al Betis parecía prácticamente descartada por la falta de acuerdo, pero en las últimas horas se ha vuelto a dar un acelerón a todo el proceso y ahora todo apunta a que podría concretarse la operación esta misma semana. Los dos clubs trabajan sobre una cesión pagada del club verdiblanco, que también se haría cargo de la ficha. Dónde sí habría acuerdo es en el precio de la opción de compra a finales de temporada. Asimismo, Rafinha ha dado el “ok” a ir al Betis y está a la espera del acuerdo entre clubs.
El Real Betis pretende que el FC Barcelona acceda a una cesión con opción de compra obligatoria al término de la presente temporada.
Las cifras a abonar por Rafinha, eso sí, serían sensiblemente mayores, pues la opción de compra que el FC Barcelona tenía pactada este año con el Inter era de 35 millones de euros, aunque no se llegó a ejecutar y el Betis a esas cifras no va a llegar.
El Real Betis estaría encantado de acogerle en la plantilla, pero se trata de una operación que requerirá arquitectura financiera, cláusulas y muchas fórmulas para que el FC Barcelona, el jugador y el propio Real Betis acaben estando contentos.
Foto: Mundodeportivo.com
El FC Barcelona daría el visto bueno a la salida de Rafinha Alcántara para ahorrarse así una de las fichas de la plantilla, la de un jugador que, aunque es muy aprovechable para Ernesto Valverde, no tendrá la oportunidad de jugar con asiduidad a lo largo de la temporada 2018-19 en el Camp Nou.
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El Real Betis, por su parte, difícilmente podrá afrontar un pago al contado del jugador. Una opción sería el pago a plazos, y el propio presidente del Beti reconoce que "hay muchas cosas que negociar" para que la operación acabe llegando a buen puerto.
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¿Cuál será la estrategia del Betis para fichar a Rafinha?
El conjunto verdiblanco propondría compartir un porcentaje de la ficha del futbolista con el FC Barcelona y posteriores plusvalías, como ya se hizo en su día con Tonny Sanabria, Cristian Tello o William Carvalho, jugadores que sin esa clase de movimientos financieros difícilmente podrían haber recalado en un equipo como el Betis, que aún tiene pagos pendientes por el concurso de acreedores en el que entró en 2011. Lo que no desearía el FC Barcelona es una nueva cesión, al ser consciente de que no ayudaría al desarrollo del jugador ni resolvería su situación.